Rafael, nació y vive actualmente en Concordia. Fue a la guerra como soldado conscripto, estuvo en Malvinas desde el 7 de abril hasta el 17 de junio de 1982. Es uno de los tres Veteranos que hemos entrevistado en "40 x Malvinas" que al momento de producirse el conflicto bélico no estaba formándose en una carrera militar, hacía el servicio militar obligatorio.
¿Qué reflexión hacés por los 40 años de Malvinas?
Qué te puedo decir, hemos pasado 40 años olvidados por el Estado, por las fuerzas, y seguimos en la lucha, seguimos luchando para que el pueblo argentino nos conozca, nos vea. La sociedad gracias a Dios siempre nos apoyó, nos trató bien, pero desde el principio, desde que llegamos hasta hace poco tiempo no éramos reconocidos, éramos un número.
Nosotros hicimos el servicio militar obligatorio, teníamos que hacerlo un año y cuatro meses estando fuera de nuestras provincias. A mi me tocó en Río Grande, queda muy lejos, había que venir en avión y había que hacer mucho trasbordo entonces no nos daban licencia, nos daban franco pero en Río Grande.
"Nosotros nos enteramos que íbamos a Malvinas cuando estábamos sobrevolando las Islas"
¿Cómo viviste la guerra, cuál era tu tarea o función?
Nosotros
nos enteramos que íbamos a Malvinas cuando estábamos sobrevolando las Islas
porque nuestro grupo había ido de custodio del Comandante del Batallón y cuando
estábamos sobrevolando había un buque inglés, entonces el piloto pregunta si
ese buque ya estaba tomado. Le dicen que sí y ahí nos enteramos que habíamos
llegado a Malvinas. Nos quedamos en el aeropuerto hasta que tuvimos que ir
caminando hacia el pueblo de Malvinas, desde el aeropuerto al pueblo.
¿Tenés guardadas cartas que te enviaron durante la guerra?
No,
cartas no. Cuando tuvimos que replegar pocos pudieron recuperar sus cosas. Yo
no pude recuperar nada, apenas el fusil (se ríe).
¿Cómo fue la ida a Malvinas?
La
llegada a Malvinas para nosotros fue una alegría porque íbamos a defender algo
que era nuestro, que es nuestro. Las Islas Malvinas son nuestras, siempre van a
ser argentinas.
¿Cómo describirías el momento en el que terminó la guerra?
Es
difícil, nosotros cuando volvimos lo hicimos con mucha expectativa y resulta
que los que nos llevaron, los que siguieron dirigiendo nuestro país, nos siguieron
dando la espalda.
¿Pasaste hambre, sufriste la escasez de alimentos en Malvinas?
Nosotros
teníamos la cocina tropa atrás nuestro así que comida teníamos, lo que pasa que
a esa edad uno tiene ansiedad y come mucho y parece que no ha comido, parece que
todo el día está con hambre.
¿Qué opinás sobre las torturas sufridas por soldados argentinos en Malvinas?
Bueno,
nosotros tuvimos un compañero que por haber
desacatado una orden lo habían estaqueado.
¿Fue
muy fuerte?
Y
sí, ver a un compañero estaqueado fue muy fuerte.
"Hubo un compañero que fue y lo desató y le daba agua, le daba de comer. Estuvo estaqueado dos o tres día".
¿Por
qué había sido estaqueado ese compañero?
Había
ido al pueblo a buscar comida para los compañeros y justo lo encuentra el jefe
de la sesión y le dieron esa sanción. Hubo un compañero que fue y lo desató y
le daba agua, le daba de comer. Estuvo estaqueado dos o tres días.
¿Qué reflexión podés hacer sobre los suicidios de varios veteranos?
Cuando
un hermano nuestro se nos va (se emociona) sentimos mucho dolor. A veces me
pongo a reflexionar que puede fallecer un familiar y tal vez no lo siento tanto
como siento a un hermano que estuvo en el frente conmigo.
Luego de la guerra ¿recibiste ayuda psicológica?
Cuando volvimos, no. Tuve la oportunidad de poder entrar a trabajar al Correo Argentino y un día un compañero de trabajo me dijo que a los que estuvimos en Malvinas tendrían que haberlos matado y hecho jabón en Malvinas. Me sentí mal, pero trataba de que todas las cosas que me hacían cuando se enteraban de que yo había estado en Malvinas, no me afectara. Me mostraban bolsitas de nylon para ver qué reacción tenía. Y yo lo superaba pero resulta que a la noche, a la madrugada me despertaba con el cuerpo frío y transpirando. Traté de superarlo hasta que llegó un momento que lamentablemente se me complicó, estuve internado en el Hospital Heras en Sala 8 hasta que después me rastrea ahí un compañero y me llevó a la Delegación de la Armada de Concordia. Y empecé un tratamiento psicológico con los médicos de acá pero no encontraba la solución. Y como golpeé a un compañero de trabajo me dan (licencia) por discapacidad. Un compañero, con esa (licencia por) discapacidad se va a la fuerza y habla con un oficial y él hizo los trámites para que la fuerza se haga cargo de lo que me pasaba. Me diagnosticaron una enfermedad porque tenía recuerdos recurrentes y traté de superarme, pero una ayuda psicológica no está mal. Porque no porque uno tenga ese problema causado por una guerra es que a uno le va a gustar ver a un hermano caído al lado o ver matar a una persona. Te queda en la mente.
A tu regreso ¿te prohibieron hablar de la guerra?
Sí,
nos dijeron, pero yo siempre desacaté órdenes (se ríe). La primera charla que
intenté dar fue en la Escuela Moreno donde tuve una maestra que fue muy buena.
Lo primero que hice cuando llegué fue irme a la escuela e intenté hablar con
esta Señorita y le dije que había estado en la guerra. Quise hablarle al grupo
que tenía ella y empecé a contar mis anécdotas hasta que me empezaba a quebrar
y entonces ella me dice: “No, no quiero que sigas hablando porque te hace mal”.
La fuerza sí nos prohibió hablar pero yo desacaté las órdenes que nos dieron,
somos libres, podemos expresarnos y hablar sobre lo que sentimos, nadie te
puede coartar comentar lo que vos pasaste. Porque después con el tiempo lo que
más me ayudó fue dar charlas en las escuelas cuando se empezó a formar el
centro, es un desahogo, van a ver momentos en los que nos quebramos pero es
porque sabemos que dejamos 649 compañeros en Malvinas, trescientos y pico en el
Belgrano.
¿Qué pensás sobre el papel de Chile durante la guerra y la actitud opuesta que
han tenido y tienen otros países latinoamericanos como Perú, Venezuela,
Bolivia?
Agradecerle
a Perú que fue el único país que se ofreció para darnos aviones y gente para
luchar, aunque el gobierno no quiso porque era un problema de Argentina e
Inglaterra y no era con todos nuestros hermanos latinoamericanos.
¿Cómo recordás el partido entre Argentina e Inglaterra y los dos goles de
Maradona en el Mundial ‘86?
Fue una emoción porque era Maradona robando un partido con la mano jajaja que es lo que ellos, estos piratas, nos roban a nosotros con tierra, y bueno (vuelve a reírse).
¿Qué opinás sobre el proceso de desmalvinización que hubo a lo largo de tantos
años?
¿Pensás que en algún momento recuperaremos las Malvinas?
Ojalá que sea diplomáticamente porque no podemos seguir sufriendo una guerra, que sea diplomáticamente.
¿Qué te parece nuestro proyecto “40 x Malvinas”?
Es
espectacular, estuve mirando los videos y es impresionante y me encanta, me
encanta. Todo lo que me ha mandado Liliana, se lo he pasado al presidente para
que él lo vea, vea el trabajo. Un buen trabajo.
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