martes, 20 de septiembre de 2022

40 x Malvinas - Nota 4: Entrevista a RAMÓN OSCAR CORRADINI (70) - VGM

 De Curuzú Cuatiá, Corrientes, estuvo durante casi todo el conflicto en Malvinas. Dice que hoy no viaja a las Islas porque tiene dignidad, porque no quiere que le sellen un pasaporte para ir a su “propia casa”. Fue uno de los primeros soldados en pisar el continente luego de la guerra, siendo recibido en Puerto Madryn, el 19 de junio de 1982, “el día que Puerto Madryn se quedó sin pan”.



Entrevistadoras/es: Candelaria Marsili - Valentina Ferreyra - Joaquín Díaz



Nombre y apellido: Ramón Oscar Corradini
Edad: 70 años
Lugar de nacimiento: Curuzú Cuatiá, Corrientes.
Fecha de nacimiento: 18/02/1952
Lugar de residencia: Concordia, Entre Ríos
Familia: esposa , 4 hijos
Rol en la guerra: Sargento Primero. Comando 3era Brigada de Infantería
Período en el que estuvo en Malvinas: 07/02 – 14/06/1982


¿Qué edad tenías cuando te citaron para ir a la guerra? ¿Dónde estabas en ese momento?

Tenía 30 años, estaba en Curuzú Cuatiá, Corrientes. Cuando tomaron Malvinas, nosotros estábamos en el continente, en nuestro asiento de paso que era Curuzú Cuatiá.


¿Cómo llegaste a Malvinas?

En las Fuerzas Armadas (FF. AA.) hay dos grupos grandes, están los del Cuerpo Comando y los del Cuerpo Profesional, yo soy del Cuerpo Profesional. De Curuzú Cuatiá cuando ordenaron que se movilicen las tropas nos fuimos hasta Paraná, y de allí hasta el sur, hasta Comodoro Rivadavia. Anduvimos por toda la Patagonia argentina sin hacer nada, supuestamente íbamos a cuidar el continente. Estando en el sur le ordenaron a nuestro comandante que tenía que pasar a Malvinas. Entonces fuimos a Puerto Deseado a cargar todos nuestros pertrechos y resulta que hasta la radio uruguaya sabía que nosotros habíamos hecho eso, para que vean la inteligencia chilena lo que hacía. Los hermanos chilenos en lugar de ayudarnos a nosotros ayudaron a los británicos, no pudimos zarpar porque estaban los submarinos atómicos alrededor de las Islas, si zarpábamos nos iban a hundir. Entonces, nuestro comandante ordenó que dejemos el barco, volvimos a Comodoro Rivadavia y pasamos en avión.


¿Durante la guerra tuviste contacto con tu familia?

Sí, creo que es el único caso el mío. Estaba en mi posición y al lado mío estaba un cabo de la Fuerza Aérea y me dice: “mi sargento primero ¿quiere hablar con su señora?”. Yo dije, “no me joda”. No, no, dice, le digo en serio. Había sido que ese muchacho además de ser un tipo que manejaba la radio de la Fuerza Aérea era radioaficionado. Entonces empezó a tirar voces en el aire y lo enganchó un radioaficionado de Mendoza, éste habló con un radioaficionado de Corrientes, el de Corrientes llamó por teléfono al barrio militar donde vivía mi señora. Yo: hola, que tal, como estás, cambio, bien, y vos, cambio. Eso fue todo.


¿Qué sentiste cuando te dijeron que debías ir a la guerra?

Yo creo que es la misión para la cual uno se prepara. El soldado se prepara y el soldado jura, dice “sí, juro”, a defender a su patria, aunque le cueste la vida. Así que bueno, conforme a esos principios me sentí orgulloso de ser un integrante, un soldado de la fuerza que cumplió y sigue cumpliendo con su patria. Esto es como un legado, estamos grandotes, yo hace un tiempito atrás cumplí 70 años, pasa que soy un tipo muy activo, nunca me van a ver quieto, ando en bici, corro todos los días, por eso me ven así, pero somos grandes, nos estamos yendo. Ustedes son los responsables de que no haya desmalvinización.


¿Cuál era tu rol o tu función en la guerra?

Es complicado de explicar el rol. Yo no tuve rol. Cociné y no soy cocinero, me tocó justo controlar la mercadería y qué comían otros, hice control de población, por eso de ahí el tema de la sección olvidada, nosotros no existíamos para muchos, junto conmigo había un zapatero. Entonces, nunca nos tuvieron en cuenta. Cumplí varios roles. Por eso yo les decía, estar entre cinco mil, diez mil hombres infantes y que aparezca el veterinario, ¿quién es el veterinario?


¿Sabías desde el principio que el destino era un conflicto armado en Malvinas?

No. Pero ojo que no se les mezcle la usurpación por parte nuestra eh, porque mucha gente habla de que Argentina usurpó. Nosotros fuimos a nuestra casa, que es territorio nuestro. Fijensé, el primer comandante militar en Malvinas fue de la zona del Mandisoví grande, donde hoy es Federación, tiene familiares en Concordia, Pablo Areguatí, fue el primer comandante militar que tuvo Malvinas.


¿Cómo viviste la guerra, estuviste durante todo el período que duró?

Bueno no, porque fuimos después que se tomó Malvinas. A los 10 días que se tomó Malvinas nosotros fuimos, anduvimos por toda la Patagonia y después recién pasamos.




¿Te tocó algún enfrentamiento directo contra las tropas inglesas?

No. Porque cuando ellos vinieron sobre Puerto Argentino, que ya la Fuerza Aérea no se movía más prácticamente, nos pusieron las fragatas, entonces nos anularon, no nos podíamos mover. Porque se sabía que ellos iban a desembarcar acá, se iban a venir sobre Puerto Argentino, porque ahí estaba el gobernador, entonces toman la cabeza y nos anularon, ellos pusieron sus fragatas misilísticas allí.


¿Sufriste la escaséz de alimentos?

Sí, sí, totalmente. En un momento juntábamos los mejillones cuando bajaba la marea y eso comíamos. Con un paquete de yerba tomábamos mate, cuando terminábamos de tomar mate secábamos la yerba y la guardábamos en otro paquete, así hasta que se terminó el paquete y volvimos a tomar esa yerba. Yo bajé 17 kilos, se imaginan hasta hubo un par de soldaditos, no directamente nuestro pero sí del regimiento, que se murieron de anemia, porque no entraba alimento. Todos los días cuando bajaba la marea íbamos y juntábamos mejillones, le dábamos un hervor y comíamos los mejillones con el arroz.


¿Qué reflexión podés hacer sobre los suicidios de varios veteranos?

No es una pregunta complicada para mí. Se imaginan que si yo siendo de carrera estaba destinado en una unidad militar donde todos los años te hacen revisación médica, nunca dijeron “vamos a hacerle un test psicológico a esta gente” (se refiere a los soldados conscriptos). Nunca. A nuestros soldados los tomaron de la casa, los llevaron a la guerra, volvieron y les dijeron “váyase a su casa”. No, vamos a darle una obra social, vamos a darle por lo menos el primer grado de cabo, para que tengan una moneda. Acá sucedió un caso chicos, que es fuerte: un día, nos llaman de Los Charrúas, que querían ponerle el nombre de un Veterano a un aula. Vamos y aparece una nena que dice, “yo conozco a uno que vive acá en una quinta y él dice que es veterano cada vez que está borracho”. Vamos a ver y era un Suboficial que estaba desaparecido de la Armada, el señor Fherenbacher (se refiere a Francisco Fherenbacher, nota de nuestro proyecto). Era de la Infantería de Marina, estaba tirado, lo rescatamos nosotros, movilizamos el país.



EL DÍA QUE PUERTO MADRYN SE QUEDÓ SIN PAN

Ramón fue uno de los miles de soldados que el 19 de junio de 1982 desembarcó en Puerto Madryn, Chubut. Ese día la ciudad se quedó sin pan porque sus habitantes compraron todo el pan de los negocios para regalárselos a ellos que volvían de la guerra.

"Ese día nos esperaron con pan, niño, gente grande, abuelo, con su bolsita de pan, todo el pueblo", recuerda emocionado Ramón.

Los militares quisieron impedir ese encuentro con la ciudadanía para que no vieran en las condiciones en las que regresaban de la guerra, pero los habitantes saltaron todo tipo de vallas y de cercos y emocionados les regalaron su pan.

Foto: https://www.infobae.com/sociedad/2017/03/17/el-dia-en-que-madryn-se-quedo-sin-pan/



Que nos podrías decir acerca de las torturas…

Yo he leído en varios lugares que eso ha sucedido y uno de los lugares que yo leo es donde yo estuve. Yo nunca vi torturar a nadie, lo pongo a Dios por testigo, no a mis compañeros. Que pudo haber sucedido, pudo haber sucedido. No estoy de acuerdo, chicos, no estoy de acuerdo.


¿Cómo describirías el momento en el que se terminó la guerra?

Yo creo que fue muy triste, porque después con el tiempo haciendo las reflexiones nos tratamos de apaciguar pero no cumplimos con la misión que era la de tomar Malvinas y volver, quizás a alguno le gustó mucho el sillón de Rivadavia, no quiero tirar nada para arriba, pero se quiso quedar en el sillón. Así que yo creo que fue algo muy triste, más de uno estaba feliz porque venía a ver a su gente. Y después el abandono de nuestra gente, nadie tendría que haberlos abandonado, ni el político ni las FF. AA., por eso fue muy triste.

Pero, cuando terminó el 14 de junio fue el día que realmente tuve miedo, ese día tuve miedo chicos. ¿Por qué? Porque no estaba en lo mío, no estaba en la tierra. Salimos, prisioneros de guerra ya, en lanchas de desembarco, justo hubo una tormenta en esa bahía, las olas eran de 6 metros más o menos, les juro tuve mucho miedo. Pero los soldados no nos odiamos eh, muchos creen que nosotros odiamos a los soldados, pero no. Fijensé, saben con qué nos estaban esperando en el buque de desembarco: con locro, típica comida argentina.


Y cómo fue la vuelta…

Subimos al Canberra y fuimos hasta Puerto Madryn. Bueno, después de ahí viajamos en un micro hasta Trelew, ahí tomamos un avión de línea que bajamos en Palomar, en Palomar nos estaban esperando unos micros. Esos micros todos cerrados, camiones todos cerrados, nos llevaron a la escuela militar encerrados, había chicos de 19, 20 años. Nosotros esperábamos que haya un lugar de contención, que haya algún sacerdote, que haya algún psicólogo. No, aparecieron los solapas, los servicios de inteligencia de las FF.AA., con papeles a firmar, que no se podía decir esto, que no se podía decir aquello. Yo era de carrera, mis hijos comían e iban a la escuela. ¿Y al soldado que lo llamó la patria y después se le dijo “váyase”?. Es triste eso. Yo les digo soy de Curuzú Cuatiá donde están todos separados, pero ¿por qué? porque hay un detalle: yo soy muy crítico. Y me dicen “uy que suerte que tenés”. No, no se trata de suerte. Ellos qué hicieron cuando vinieron acá, se resguardaron en el cuartel. ¿Y los soldados? ¿Y la tropa? Los abandonaron. Mal. Por eso ellos no tienen nada. Disculpenmé, uno queda sensible (se emociona).





¿Tu familia te fue a recibir cuando llegaste a Corrientes?

Sí, yo vivía en el barrio militar de Curuzú Cuatiá, estaba mi esposa y tenía dos chicos, Edgardo el mayor y Rocío que era chiquita. No se imaginan la recepción, llegó el tren, era un mundo de gente (nos muestra una foto de ese día en la que se ve a un niño, dice que quiere encontrarse con ese niño). Mandé al diario y a mi familia a que lo pongan en algún lugar para ver quién es para ir a saludarlo, él entró desfilando con nosotros. Por ahí se fue con el tema del covid y todas esas cosas raras.


¿Cómo viviste el proceso de desmalvinización?

Terrible. Por eso insistimos nosotros que queremos hablar de la gesta de Malvinas. Ustedes se imaginan que se murió gente, sigue muriendo gente, nos estamos yendo nosotros y no tenemos “repuesto”. El día que no haya más Veteranos de Malvinas, seguirán nuestros hijos, no sé, pero ya no es lo mismo. Tuvimos una reunión con el gobernador hace unos días donde le planteamos de que esté en la educación.


¿Volverías a luchar por las Malvinas?

Sí, mi respuesta es sí. Sí, pero no así. Esta gente, la parte política, están destruyendo nuestras FF. AA., se los digo abiertamente. O sea que no se puede ir a la guerra así porque sí. Fijensé, tuve la posibilidad de ir a Malvinas un montón de veces, pero ¿por qué no voy?, porque es mi casa, yo no quiero que me sellen a mí un papel para que me autoricen a entrar. Yo tengo mi dignidad, yo no voy. Si algún día las recuperan y estoy vivo iré, pero así no, para que me firmen un pasaporte para ir a mi casa, no.


¿Qué significaron los cuartos de final que le ganamos a Inglaterra, en el Mundial ‘86, qué significó ese partido para Ud.?

¡Que le hizo el gol Maradona! Eh, y yo creo que tiene un significado, es como patearle el …. a los ingleses, es muy fuerte, yo creo que los tipos viendo que le hicimos los goles, la burla que le hacía el Diego. ¡Dios mío!




¿Cómo seguiste con tu vida luego de la guerra?

Yo tuve y tengo la suerte de creer que estoy bien, digo por mi forma de actuar, pero no es fácil, porque ya a nuestra edad te entra la ansiedad, te ponés a pensar, entra el tema de la psicología. No sabés cómo conducirte a veces, no es fácil eh. Lo que sí, hay que tratar de salir. Insisto, nosotros queremos hablar de la gesta y no de la guerra. Por eso les decía chicos, ustedes son los que tienen que seguir, no tiene que haber desmalvinización.


Una reflexión final…

Ojala que podamos recuperar Malvinas pero por medio del diálogo. Yo personalmente como les decía que fui alguien que defendió siempre a sus soldados, siempre, no me gustaría que vuelva a pasar lo mismo. La patria va a recuperar Malvinas pero por el diálogo, me gustaría que en ese momento ustedes quizás puedan tener algún cargo en determinado lugar, que se puedan ocupar y que eso sea para bien. Que se recupere Malvinas por el diálogo, que no haya más muerte, que no haya más guerra.}




Proyecto educativo “40 x Malvinas” - Estudiantes de 6to “A”: Ezequiel ACOSTA - Katherine BREGANT - Nadia CABRERA - Joaquín DÍAZ - Marisa ESPÍNDOLA - Valentina FERREYRA - Lourdes FETTER - Mirko GALLEGOS - Yuliana GAMARRA - Gabriel GÓMEZ - M. Lucía KERLIN - Ana Paula MAIDANA - Valentina MARCOGIUSEPPE - Carola MARQUÉS PONTELLI - Candelaria MARSILLI - Eugenia MERCADO LEÓN - Florencia MERCADO LEÓN - Ivana MOLL - Luz ROBALLO -

Docentes: Lic. Liliana Rueda - Prof. Gabriela Solís       

Escuela Secundaria N°18 “D. Vélez Sarsfield” - Concordia - Entre Ríos – Argentina

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