A Carlos, Daniel, Alberto y Domingo los entrevistamos a los cuatro a la vez a través de la herramienta Google Meet, por eso aquí se presentan sus respuestas de forma ordenada a cada una de las preguntas que les hicimos. Ellos en Ushuaia, Tierra de Fuego, y nosotr@s aquí en Concordia, Entre Ríos.
Entrevistadoras: Lucía Kerlin - Carola Marqués Pontelli
¿Qué edad tenían cuando los citaron para ir a la guerra?
Domingo: yo tenía 19 años cuando fui a Malvinas, estaba en la conscripción, entré fuera de término, entré un año después.
Alberto: yo tenía 27 años.
Carlos: yo tenía 27 años.
Daniel: 19 años.
¿Rol o función en la guerra?
Daniel: era Artillero en el Destructor Piedrabuena, cumplía función en la Torre de Combate Número 2, como apuntador de dirección.
Domingo: yo era primer Operador de Radar tierra aire, éramos un grupo de 10 personas, un suboficial y 9 conscriptos que estuvimos destinados primero en el Monte Dos Hermanas y posteriormente nos trasladaron a la primera línea en Malvinas que era Monte Longdon.
Alberto: yo era piloto, integraba la Cuadrilla Naval de exploración que tenía asiento natural en la Base Naval Comandante Espora en Bahía Blanca pero que por la guerra fue trasladada a la ciudad de Río Grande, Tierra del Fuego. Y tripulaba aviones como Oficial Control de Operativos.
Carlos: Cabo Principal, a cargo de un Cuarto de Operaciones en un destructor.
¿Qué sintieron cuando les dijeron que iban a ir a la guerra?
Alberto: A mí no me dijeron que iba a ir a la guerra, a mí me dijeron de que íbamos a recuperar Malvinas. En ese momento que fue el 23 de marzo sentí una gran alegría por la recuperación de Malvinas. La guerra en realidad comenzó el 25 de abril y yo me di por enterado recién el 1 de mayo cuando bombardearon los ingleses Puerto Argentino.
Domingo: El 2 de abril cuando se recuperan las Malvinas nos dicen que tenemos que ir a defender posición. Era un sentimiento de orgullo por haber recuperado Malvinas, por otro lado era un sentimiento de angustia porque sabía que los ingleses no se iban a quedar de brazos cruzados y que iban a cruzar todo el Atlántico para llegar a Malvinas.
Daniel: Con 19 años de edad que partimos de Puerto Belgrano el día 28 nos enteramos en navegación que íbamos a la toma de Malvinas. Para los más jóvenes fue una sorpresa total porque muy poco sabíamos del plan de Malvinas, pero con algarabía, no entendíamos nada.
¿Qué pensaron y qué sintieron sus familias?
Daniel: Yo solamente tenía vivo a mi papá, la última vez que lo había visto había sido en enero en las vacaciones anuales y después lo volví a ver a mediados de julio de 1982. Mientras tanto ni él ni nosotros teníamos noticias de nada, digo nosotros porque mi hermano estuvo en la guerra en otra unidad. Y bueno, imaginensé lo que se puede sentir por la familia, esa incertidumbre sin tener noticias de cada uno de nosotros.
Alberto: Yo no sé qué sintieron porque cuando a nosotros nos reúne el comandante de la escuadrilla para informarnos que el 23 de marzo íbamos a Río Grande para defender Malvinas nos dio tiempo para que aquellos que quisieran ir a ver a sus familias lo hicieran, y yo hice eso viajé 200 km hasta mi pueblo y me fui a despedir de mi padre y de mi madre. Y como la orden era guardar estricto secreto, no podía decir absolutamente nada, recuerdo claramente a mi padre que me preguntaba insistentemente a dónde iba y le dije que no le podía decir y que en unos días más se iba a enterar. Qué sintieron en ese momento no sé y tampoco nunca se los pregunté.
Domingo: yo ya estaba huérfano de padre y madre entonces, tenía hermanas y hermanos, y para ellos fue bastante angustiante enterarse de que íbamos a Malvinas.
Carlos: en ese momento mi señora estaba embarazada de mi primer hijo y tuvo que permanecer en cama, fue un hecho bastante angustiante para ella porque quedaba sola en la ciudad de Punta Alta. Y el resto de mi familia que estaba en otra provincia se enteró después de finalizada la guerra.
Carlos Llamas |
¿Cómo vivieron la guerra, estuvieron durante todo el período que duró?
Carlos: yo estaba en un destructor con bastantes inconvenientes, primero estuvimos navegando al sur de Mar del Plata y luego tuvimos problemas de máquina y volvimos a la estola de Puerto Belgrano. Yo estuve desde el 2 de abril que salimos hasta el 15 de junio.
Alberto: la guerra en realidad empezó el 25 de abril cuando los británicos reinvaden Georgias. Ese día yo estaba en Río Grande con la cuadrilla y con el avión, como teníamos algunos problemas de mantenimiento solíamos ir a espora y regresábamos, siempre a Río Grande. Estuve ahí hasta el 3 de junio. Estuvimos haciendo vuelos de práctica en espora en Bahía Blanca. El día 14 finalizó la guerra y a mí me encontró en Bahía Blanca, no en Río Grande.
Domingo: yo estaba en el Regimiento 7 de Infantería de La Plata, de allí salimos el día 14 de abril, tuvimos que esperar varios días para preparar todo el equipamiento porque no estaba en condiciones. Llegué a Río Gallegos el 14 mismo y el 15 cruzamos a Malvinas. Estuvimos en el Monte Dos Hermanas hasta el 31 de mayo. Ese día nos movilizaron hasta la cima de Monte Longdon donde permanecimos hasta el día 11 de junio , el día que se produce la batalla de Monte Longdon donde caigo prisionero junto con mi compañero. Posteriormente fui a dos campos de prisioneros, dos establecimientos de cría de ganado ovino, después vamos a San Carlos hasta el último día. El día 14 nos avisan que Argentina había firmado la rendición, el cese del fuego, de ahí al buque Canberra y de allí nos llevan a Puerto Madryn. A Puerto Madryn llegamos el 19 de junio, el día 20 estamos en Buenos Aires, y el día 21 llego a mi casa.
Daniel: estuve en el destructor Piedrabuena, fuimos los escoltas del Gral. Belgrano cuyo hundimiento fue el día 2 de mayo. El hundimiento del Belgrano fue uno de los rescates más intensos y más grandes que hubo.
Daniel Arias |
Durante la guerra, ¿tuvieron contacto con sus familias? ¿De qué forma?
Carlos: yo tenía contacto de vez en cuando, cuando por alguna razón estábamos a puerto.
Alberto: debo haber llamado por teléfono de Río Grande a mis padres y a quien era mi esposa en ese momento, una o dos veces. Y nuestro avión a veces necesitaba mantenimiento que no se podía hacer en Río Grande y había que ir a hacerlo a Bahía Blanca, yo ahí tomaba contacto físico con mis padres. Ellos viajaban a Bahía a la casa de una hermana de mi mamá y yo cuando llegaba a espora a Bahía Blanca iba a la casa de esa tía y ahí nos encontrábamos. Eso ocurrió dos veces.
Domingo: yo no tenía comunicación con mis hermanas, lo único que recibí los últimos días de la guerra fue la carta de mi hermana, esa fue la única comunicación que tuve.
Daniel: yo le había enviado una carta a mi papá y él me respondió. Ese fue el único contacto que tuve de una carta con mi papá, nada más.
Alberto Andersen |
¿Sabían desde el principio que el destino era un conflicto armado en Malvinas?
Carlos: no sabíamos, lo supimos cuando salimos a navegar.
Alberto: desde que me dijeron que íbamos a recuperar Malvinas descarté completamente la idea de llegar a una guerra con Inglaterra. Yo estaba convencido de que era un primer paso de una acción diplomática para que nos devolvieran las Malvinas, lo discutía mucho con un oficial que era más antiguo que yo, yo era un joven teniente coronel. Y había un teniente navío en mi cuadrilla también aviador que él me decía que los ingleses iban a venir y nos iban a pasar por arriba. Yo decía, no señor, esto está arreglado diplomáticamente. El día 1 de mayo a las 4:30 de la madrugada, él viene y me despierta, yo dormía en una cama cucheta, y me dice “Andersen, están bombardeando Puerto Argentino”. Recién en ese momento yo tomé conciencia de la locura en que nos habían embarcado en este país tres militares.
Domingo: el mismo 2 de abril nos avisan que la unidad tenía que trasladarse a Malvinas. Viendo por tv la cantidad de gente que había en Plaza de Mayo festejando la toma de Malvinas, les decía a mis compañeros “si están tan contentos, por qué no van ellos en lugar de nosotros”. Esa gente estaba contenta de haber recuperado el Patrimonio Nacional pero no se daba cuenta que la primera potencia mundial no se iba a quedar de brazos cruzados. El pensar que ellos no iban a venir con todo el armamento de la OTÁN.
Daniel: para esa época y con 19 años de edad a lo mejor no nos fijábamos en eso de si venían o no venían, porque en un principio la diplomacia iba y venía. Pero cuando el presidente de Perú hace una propuesta y después el gobierno de Margareth Tatcher hunde el crucero, entonces a partir de ese momento se terminaron las negociaciones.
Alberto: como habrán notado aquí somos tres con grado militar, en ese momento pertenecíamos a una fuerza armada. Tanto Carlos, como Daniel y como yo pertenecíamos a la Armada y ninguno de los tres tuvo la sabiduría que tuvo Domingo que es conscripto. El tenía realmente acertado el análisis de lo que iba a ocurrir, el único de los cuatro que contestó que efectivamente estaba esperando que los ingleses vinieran y reaccionaran militarmente, fue él en su calidad de conscripto, es notorio eso.
Domingo Chamorro |
¿Tienen alguna anécdota de combate o de rescate, les tocó algún enfrentamiento con tropas inglesas?
Carlos: No.
Alberto: Sí. Yo integraba la tripulación del avión que logró localizar la posición de la balsa de los náufragos del crucero Belgrano a partir del cual se pudo comenzar a realizar el rescate. Nuestro avión no tenía armamento, era de exploración, exploraba el mar tratando de buscar buques enemigos, pero no tenía armamento para atacar. Nosotros teníamos que encontrarlos e informar a los aviones de ataque dónde se encontraban los aviones ingleses para que pudieran atacarlos, eso nos obligaba a nosotros a acercarnos a la flota inglesa. En uno de esos descuidos nos persiguieron dos Harrier a la 1:30 de la mañana del 5 de mayo pero volando a baja altura y metiéndonos entre nubes logramos escapar y aterrizamos en Río Grande sanos y salvos.
Domingo: estuve en el Monte Longdon y el 11 de junio entramos a las 22h en combate, cuerpo a cuerpo con las tropas inglesas, y caímos prisioneros. Pero alrededor de la 1 de la mañana cuando ya habíamos agotado municiones y no teníamos más compañeros, solamente quedaban heridos o muertos, caímos prisioneros. Y al otro día cuando aclaró nos tocó enterrar a nuestros compañeros muertos ahí mismo a ladera del Monte Longdon, después nos trasladaron al campo de prisioneros.
Daniel: cuando se localiza la balsa del general Belgrano fue gracias al avión en el que estaba nuestro compañero Alberto, nosotros éramos el buque más cercano. Empezamos a buscarlo en la madrugada del 3 de mayo. Gracias a la posición que nos dieron desde el avión donde estaba Alberto, rescatamos la primera balsa a las 10 de la mañana. El mar estaba terrible por las condiciones climáticas. En nuestro buque éramos casi 300 hombres y rescatamos 277 sobrevivientes, teníamos un fallecido, y una de las anécdotas es todo lo que tuvimos que hacer para sacarlos del agua, te congelabas, y había compañeros que llevaban 24 hs, y hasta algunos 3 o 4 días en la balsa. Una balsa tiene capacidad para 20 personas y en algunas venían 25 o 30. Yo tenía un compañero de apellido Miranda, mendocino, y su hermano que fue compañero mío de escuela. Cada vez que subía algún tripulante que nosotros rescatábamos preguntaba si alguien había visto a su hermano, Gerardo Miranda. Había fallecido ese mismo día en el Belgrano. Cuando él se entera de esa noticia la verdad que fue tremendo.
¿Sufrieron escasez de alimento en la guerra?
Carlos: No, hemos tenido lo necesario.
Alberto: Si bien el alimento no era abundante, no se comía a la carta, tampoco pasábamos hambre. En una base que está preparada para atender a 400 personas, en la guerra éramos 1200, así que hacíamos un poco de maravillas para comer en diferentes turnos y demás pero siempre comimos bien.
Domingo: en mi caso particular sí. Desabastecimiento de alimentos ya desde mayo. La última semana de la guerra directamente no nos llevaron absolutamente nada, sobrevivíamos calentándonos un caldo que habíamos conseguido sacando agua de las turbas. Y volví a mi casa con 16 kilos menos de los que había llevado a la guerra.
Daniel: No hemos sufrido encarecimiento de víveres, como todo barco sale con predeterminada cantidad de días de navegación y estaba todo cubierto.
Carlos, Daniel, Alberto y Domingo junto a un grupo de Veteranos en el Monumento Nacional a Malvinas en Ushuaia |
¿Qué reflexión pueden hacer sobre los suicidios de varios VGM?
Carlos: esa es la desidia de los distintos gobiernos que abandonaron totalmente a los veteranos, mucho más al comienzo de la guerra. Fue muy triste porque fallecieron más veteranos en la posguerra.
Alberto: coincido con todo lo que dijo Carlos.
Domingo: yo estoy de acuerdo que es la desidia pero también fue la falta de organización. Por ejemplo, nuestros padres habían organizado antes de nuestro regreso, gracias o por desgracia del fallecimiento de un conscripto, un grupo de psicólogos y psiquiatras que iban a atender a todos los conscriptos cuando regresáramos de Malvinas, así fue. Todos recibimos un tratamiento gratuito por un período aproximado de un año o un año y medio, lo que nos ayudó a no caer en esa situación.
Daniel: en muchas provincias se vivió este tema de desmalvinización, fue tremendo y la verdad que todo lo que fue la desidia del estado fue tremenda. Los que nos hemos quedado a vivir acá en Tierra del Fuego vemos que es totalmente diferente a lo que se vivió en otras provincias. Cuando uno viajaba a Buenos Aires y andaban veteranos en los trenes o vendían cositas, que se yo, un maltrato. Cuando nos decían los loquitos de la guerra, no tenías trabajo y estaba prohibido decir que estuviste en Malvinas. La verdad que fue tremenda esa parte de no hablar de Malvinas. El estado cuando todos nosotros fuimos a servir la patria no nos preguntó si queríamos ir y cumplimos con el deber. Después de haber vuelto esa ignorancia del estado fue tremenda para todos, por eso hubo muchos suicidios, gente que se dejó al alcohol. Es muy triste lo que han pasado muchos compañeros.
¿Qué nos podrían decir acerca de las torturas que han sufrido varios veteranos en Malvinas?
Domingo: yo fui testigo de estaqueamientos en Malvinas, a diferencia de ellos que son de la Armada y estaban embarcados, yo era del Ejército, y nosotros estábamos apostados en las Islas. Los estaqueamientos que se daban era porque había empezado a escasear el alimento, entonces los colimbas qué hacíamos, tratábamos de ir a buscar a algún lugar o contactarnos con los kelpers, cosa que estaba totalmente prohibida, y se castigaba de esa forma. Donde te agarraban sustrayendo alimento o yendo a tener contacto con algún kelper que te consiga alimento te estaqueaban. Y eso consistía en 4 estacas al piso atados de pies y manos, en ropa interior, te tapaban con una manta, con un poncho impermeable y te dejaban 24h en esa posición. Así que yo soy uno de los testigos y uno de los denunciantes, no solamente de eso, denuncié a un Suboficial de Infantería porque se ensañó con un colimba y le propinaba el castigo que hacían los nazis con los judíos, trasladar piedras de un lugar a otro, todos los días la única actividad que le daba a ese colimba era trasladar piedras de un lugar a otro, lo desgastó tanto que terminó muriendo, esa es una de las tantas torturas que se vivieron en Malvinas.
Alberto: yo puedo hablar por lo que he leído y no por lo que he vivido, que es distinto a lo de Domingo. Creo que esa no fue una actitud generalizada en todos los cuadros sino que fueron casos particulares, vos me corregís Domingo después si estoy equivocado. Me parece que mucha de esa gente lamentablemente recurrió a estas prácticas, no se dieron cuenta de que no estaban en un cuartel en el continente. Esas son costumbres lamentables que se adquieren, que se adquirían, en los cuarteles.
Domingo: en realidad disiento un poco, porque muchos de ellos hicieron lo mismo que hicieron en los cuarteles, lo siguieron haciendo en Malvinas, no cambió absolutamente nada. No se concientizaron de que estábamos en una situación de guerra. Ahora el maltrato hacia el conscripto y entre ellos mismos, porque había una diferencia entre oficiales y suboficiales, y ocurría lo mismo. En cambio había otros suboficiales u oficiales de carrera con los que era totalmente distinto el trato. Yo trabajaba en el cuartel con un suboficial principal y él se acercaba y me tiraba un cartón de cigarrillos, una barra de chocolate y me decía que lo comparta con los compañeros. O sea, la actitud de él era totalmente opuesta a la de los otros. Por eso, sí había grupos aislados pero a esos grupos aislados que cometieron esos actos les debe llegar el castigo (se escucha que uno de sus compañeros dice, “sí, señor”). No puede ser que la justicia argentina se haga ciega, sorda y muda en este caso y diga “esto ya pasó”. No, esto no pasó, porque las huellas quedaron.
¿Cómo describirían el momento en el que se enteran de que había terminado la guerra?
Carlos: en mi caso fue muy triste, no sabíamos cómo se había hecho la rendición, años después nos enteramos por los mismos ingleses que tres días más y la Argentina podría haber llegado a ganar la guerra. Pero por otro lado fue un alivio muy grande porque realmente había mucha gente que estaba sufriendo.
Alberto: disiento con Carlos cuando comenta que los mismos ingleses dijeron que estuvimos a tres días de ganar la guerra. Acá coincido con Domingo, los ingleses no iban a dejar pasar esto. No sólo los ingleses, era todo el poder militar occidental, no podían dejar que un país subalterno como Argentina venciera a una de las principales fuerzas. El 14 de junio sentí un gran alivio, creo que la única decisión inteligente que tomó el Alte. Anaya fue la del 3 de mayo ordenar retirar la flota de combate. Y la única decisión inteligente que le considero al Gral. Menéndez fue haber rendido las tropas el 14 de junio pese a que Galtieri le decía que no.
Domingo: yo ya estaba prisionero en el frigorífico de San Carlos, en la Bahía de San Carlos, ahí de día nos sacaban a tomar sol a un enrejado de alambre de púas, y como tenía otro compañero y hablábamos un poco inglés, que habíamos aprendido en la secundaria y además con la ayuda de una amiga que me había mandado una lista de preguntas y respuestas, pudimos mantener diálogo con los ingleses en el campo de prisioneros. El 14 al mediodía se acerca un soldado inglés y nos dice: Argentina acaba de firmar la rendición. Se terminó la guerra para ustedes. En ese momento fue un alivio saber que todo se había terminado.
Daniel: nosotros no manejábamos mucha información y lo que más recuerdo es que cuando veníamos al Puerto de Ushuaia por ahí prendíamos el televisor y escuchábamos una radio, y las noticias eran diferentes a cuando nosotros salíamos al mar. En el mar nosotros teníamos una pequeña radio y escuchábamos radio Colonia de Uruguay, las noticias eran totalmente diferentes a lo que se decía en la Argentina. El 14 de junio no teníamos información porque en el territorio argentino se decía una cosa y en otro lado se decía otra.
¿Cómo fue la vuelta de Malvinas?
Carlos: en mi caso fue feliz, por todos los problemas que estaba teniendo mi señora con mi hijo que tenía que nacer el 17 de agosto y nació el 14 de junio, estaba bastante complicada con su embarazo. Para mí regresar fue importante pero que la gente no nos reconociera era muy complicado.
Alberto: el 14 de junio la rendición me sorprendió estando en Bahía Blanca así que el regreso no lo sentí como tal, no participé de un repliegue, la guerra para mí terminó en Bahía Blanca que era donde normalmente estaba destinada la cuadrilla a la que yo pertenecía. Lo sentí como un gran alivio. Según cuenta mi madre, yo no lo recuerdo, ese día o al día siguiente yo viajé a mi pueblo, y ella dice que los senté en la mesa de la cocina a mi papá y a ella y les dije “preguntenmé ahora todo lo que quieran saber de Malvinas porque a partir de ahora no hablo más”.
Domingo: el regreso a casa fue bastante triste, llegamos como se dice sin pena ni gloria, medios ocultos. Al regimiento me fueron a buscar tres de mis hermanas. Yo vivía solo desde los 16 años, porque mi madre estaba con un cáncer terminal, y no me dejaron que fuera a vivir allí, me llevaron a la casa de mi hermana mayor. Y por desgracia al día siguiente de haber llegado, nosotros llegamos el 21 de junio, van a buscarme a casa para que me apersone al regimiento junto con mi compañero de posición, hoy día jubilado, está en La Plata, para que les dijera a tres de los padres de mis compañeros que estaban muertos, que los habíamos enterrado nosotros. Así que eso fue terrible, darle esa información a los padres fue realmente doloroso.
Daniel: nosotros entramos el 10 de junio del '82, fue una de las cosas más tremendas porque como siempre digo, ni los perros nos recibieron, fue muy doloroso. Volví a ver a mi papá, lo flaco que estaba, creo había bajado más de 20 kilos. Encima éramos dos hermanos y fui el último en regresar, esa es una cosa que te queda marcada de por vida. Una madrugada cae un vehículo de la armada argentina en la casa de mi papá, él se había vuelto a casar, y cuando mi papá se asoma y ve por la ventana, le dice a mi segunda mamá, “andá vos mamá, porque seguramente me traen la noticia de un chico muerto”. Y efectivamente le traían la noticia de un compañero, Julio César Tello, sanjuanino, que había fallecido en el Belgrano. Como era del interior él siempre se quedaba en casa. Esa fue una noticia muy triste. Después, no hablar nada de Malvinas fue tremendo para nosotros.
Daniel Arias |
¿Cómo vivieron ese proceso de desmalvinización?
Carlos: yo después de 20 años de estar en la institución me fui de baja por dos razones: primero porque sentía una tristeza muy grande, una amargura muy grande. Antes de Malvinas cometíamos muchos errores y yo veía que después del ‘82 al ‘87 que me fui no se corregía nada. Seguía la diferencia entre el Ejército y la Fuerza Aérea, seguíamos sin trabajar en conjunto. Y nosotros no podíamos salir con uniforme a la calle porque éramos paria. En esa época ya había un gobierno democrático, no nos reconocían para nada, y ese año en el ‘87 nos fuimos de la Armada más de 3500 personas. Así que todos sufrimos esa desmalvinización. Cuando llegamos aquí a Tierra del Fuego me hice cargo de las primeras épocas del centro y las mismas fuerzas no nos querían reconocer como tales. Y con la lucha de un grupo de veteranos hicimos que la comunidad nos comenzara a reconocer, fue la comunidad la que nos apoyó.
Alberto: el proceso de desmalvinización que comienza con la junta militar y continúa con el gobierno democrático del presidente Alfonsín, y se acentúa con el presidente Menem, yo lo viví con una gran indignación. El momento de más indignación que tuve fue cuando Alfonsín pretende borrar el 2 de abril y cambiarlo por el 10 de junio, ignorando toda la gesta que se había llevado a cabo. Otro momento de gran indignación fueron los acuerdos que firma el presidente Menem con Inglaterra con el eufemismo “paraguas de soberanía”, y le da a los ingleses el comercio y la explotación de recursos. Y el presidente Macri diciendo que incorporar Malvinas a nuestra soberanía sólo serviría para incrementar el déficit fiscal. Es un proceso que tuvo muchos adeptos sobre todo al comienzo durante las presidencias de Alfonsín y Menem, y lamentablemente aún hoy hay dirigentes que están embarcados en este proceso de desmalvinización, probablemente influidos, uno quiere pensar bien, o de alguna manera direccionados por la inteligencia y la diplomacia inglesa. Me refiero con esto a Beatriz Sarlo, Jorge Lanata, Fernando Iglesias, Mauricio Macri, Patricia Bullrich, no es posible explicarse cómo siguen embarcados en este proceso de desmalvinización.
Domingo: yo me acuerdo del 25 de mayo del 83 cuando en La Plata estábamos juntando firmas para la ley nacional de protección al veterano, y se hacía una gran fiesta frente a la casa de gobierno esperando el sol del 25. Y cuando aparecimos un grupo de veteranos todos conscriptos por una de las diagonales nos apagaron todas las luces y nos pusieron un vallado para que no pudiéramos llegar a la gente a solicitarles su firma. Vivíamos de esa forma y además, no podías ir a pedir un trabajo y decir que eras veterano porque lo primero que te decían era “ah, ustedes son los loquitos de la guerra”. Y eso lo tenían todos incorporados, entonces, vos no hablabas de Malvinas más que con tu grupo cerrado, porque no se podía.
Daniel: también mi último destino fue en el ‘84 que vine acá a la Base Naval de Ushuaia, dentro de la fuerza durante el ‘83, ‘84 no se hablaba nada de Malvinas. Es más, yo tenía compañeros que nos enteramos después que eran veteranos de guerra, no se hablaba nada dentro de la fuerza. Y bueno ese fue mi último año y me fui de baja y me quedé en esta ciudad y tampoco íbamos a buscar un trabajo. Es más, yo nunca me consideraba un veterano de guerra porque era tan grande el proceso de desmalvinización que no se hablaba en ningún lado nada, porque era algo que pasó en la historia y quedó ahí, como si hubiésemos sido los malos de la película, a pesar de ese gran gesto que fue el 2 de abril, la recuperación de nuestro territorio. Hoy gracias a Dios el reconocimiento del pueblo fueguino nos conmueve mucho. Nosotros trabajamos mucho con el tema de malvinizar. Y la verdad lo que están haciendo ustedes es muy valorable.
¿Cómo siguieron su vida luego de la guerra y a qué se dedican hoy?
Carlos: yo soy jubilado, sigo perteneciendo al centro de ex combatientes que es lo que nos mantiene unidos. En el año 87 llegamos acá, se formó el centro y nos mantiene unidos y así como nos contactamos con ustedes lo hemos hecho con muchas instituciones. Este centro funciona realmente aglutinando un montón de actividades, tenemos un periférico de salud que se atiende a todo un barrio completo, tenemos una escuela que funciona en el otro salón que tenemos acá abajo.
Alberto: me casé, tuve dos hijos, continué con mi carrera dentro de la aviación naval, continué ascendiendo hasta el grado de Capitán de Fragata que lo alcancé en el año 1998. Ese año pedí el retiro y me vine a trabajar acá a un hotel y continué mi vida en el ámbito privado. Enviudé en 2016, me volví a casar en el 2019.
Domingo: yo trabajaba desde los 16 años en una zapatería, para el año '85 me casé, la empresa quebró así que en el año '86 me vine a vivir a Ushuaia y desde ahí no cambié radicación. Tengo dos hijos y un nieto. Me jubilé del estado.
Daniel: tengo tres hijos, un hijo adoptivo, del corazón, de mi pareja. Hace 14 años que estoy jubilado pero desde el 18 de marzo de este año soy el primer Secretario de Asuntos Malvinas del municipio de Ushuaia, y el primer VGM que ejerce esto a nivel país.
Domingo volvió de la guerra "el día que Puerto Madryn se quedó sin pan" con mucho dinero en su bolsillo
Domingo llegó al continente el 19 de junio de 1982, "El día que Puerto Madryn se quedó sin pan", bajó del Canberra y dice que la gente no sabía que ellos llegarían pero que se fueron enterando de a poco y los fueron recibiendo con alegría.
"Así que la gente empezó a agolparse y se iban a las panaderías, compraban canastos de pan y a medida que íbamos subiendo a los micros o a los camiones que nos iban a trasladar a Trelew, nos daban pan, gaseosa, lo que tuvieran. Y ese día así, Puerto Madryn se quedó sin pan, por la acción de la gente. Conozco casos de algunos que se los llevaron a una casa en Puerto Madryn y apareció dos días después" recuerda Domingo entusiasmado.
Cuenta que él pudo llegar en mejores condiciones al continente porque en el Canberra le permitieron bañarse, pero que la mayoría de los soldados llegó con todo la mugre de la guerra.
Relata que "el mayor Salvador Carrizo, dijo por el altoparlante que era el segundo Jefe de la Unidad del Regimiento 7 de Infantería e informaba a toda la tropa que era el oficial de mayor rango dentro del Canberra por lo tanto estaba al mando de todos los prisioneros, un egocentrismo absoluto. Un personaje de aquellos, olvidable, que terminó siendo secretario de seguridad y terminó preso por delitos de lesa humanidad".
Domingo trabajaba en una zapatería en La Plata y cuando su patrón se entera que se va a la guerra decide hacerle un gran obsequio: "cuando le dicen a mi patrón que me iba a Malvinas me da tres sueldos, o sea que me fui a la guerra con tres sueldos completos, no me sirvió para nada. Y bueno la plata a veces no sirve absolutamente para nada. Así que (cuando vuelve de la guerra, estando en Puerto Madryn) nos fuimos a un localcito que había y empezamos, bueno, deme ese pollo al spiedo, deme esa chocolatada, deme tanto de pan, y la gente nos preguntaba si era cierto que nos había faltado alimento, si era cierto que habíamos sufrido maltrato".
¿Qué reflexión le merecen los 40 años de Malvinas?
Carlos: una lucha constante, un recuerdo y parece mentira que hayan pasado tantos años, y seguimos sintiendo lo mismo. Y la comunidad nos ha acompañado mucho este año y se siguen haciendo actividades en los colegios y a nivel institucional.
Alberto: el proceso de desmalvinización del que hablábamos antes está en retroceso gracias a Dios, en cuanto al acercamiento hacia el Veterano. En cuanto a las acciones que se hacen para recuperar Malvinas creo que no tenemos absolutamente nada. Está perfectamente claro que desde la resolución 2065 de la ONU en el año 1965 esa fue una norma que utilizó la diplomacia inglesa para dilatar en el tiempo. Y actualmente seguimos haciendo lo mismo, no hay ninguna acción concreta.
Domingo: para mí estos 40 años son un largo camino recorrido con mucha gente que fue quedando año a año. Y es un trabajo muy grande volver a malvinizar que es nuestro mayor objetivo, que no se pierda la conciencia de Malvinas, que las generaciones futuras tomen esta bandera y pueda seguir la lucha que nosotros iniciamos. Así que lo que pretendemos es seguir malvinizando para que ustedes puedan continuar con esa tarea.
Daniel: En estos 40 años amén de seguir malvinizando a nuestra querida nación por los 649 muertos, esa es la causa fundamental que nos hace movilizar y seguir. Más allá de las resoluciones y del apoyo de todos los países y las resoluciones que se vienen dando, el Veterano quiere la solución ya, porque sabemos que muchas cosas no las vamos a ver. Por eso apostamos a los jóvenes (Alberto se disculpa y se retira de la conversación).
¿Cómo es Malvinas, qué se siente pisar Malvinas?
Carlos: Malvinas es un paisaje típico, pueblito chico, ya lo que era Ushuaia en el año 86, por esa época, casas de campo típicamente inglesas, muy apacible, muy tranquilo, eso es en sí lo que es la ciudad Puerto Argentino.
Una reflexión final…
Daniel: yo ya me tengo que retirar, y como reflexión final ante todos los docentes, los alumnos, gracias por escucharnos, gracias por seguir malvinizando, y esperemos que una vez que tengan este trabajo que nos puedan pasar. Muchas gracias por escucharnos. (se retira Daniel)
Domingo: yo estoy muy agradecido por la tarea que ustedes realizan, por el respeto con el que han encarado este proyecto. Así que humildemente mil gracias.
Carlos: desde ya darle las gracias a Liliana, a Gaby y a ustedes. Realmente, les decía a las profes, que ustedes jóvenes estén haciendo este trabajo y estén malvinizando. Y lo que sí le pedí a las profes que hablen con los profes de Historia y para que cuenten la historia de Malvinas como es y no como nos contaron la historia de Sarmiento, que no contaron que regaló media Patagonia. Desde ya gracias por malvinizar. Algo que nosotros hemos logrado es que todos los chicos de toda la provincia lleven en el guardapolvo y en su traje de secundario el logo de Malvinas.
https://www.ushuaianoticias.com/2022/03/29/dan-a-conocer-la-agenda-de-actividades-para-los-40-anos-de-la-gesta-de-malvinas/ https://www.youtube.com/watch?v=c-lF6aPxjwE
Fotos: Gentileza Carlos Llamas y Daniel Arias
Proyecto educativo “40 x Malvinas” - Estudiantes de 6to “A”: Ezequiel ACOSTA - Katherine BREGANT - Nadia CABRERA - Joaquín DÍAZ - Marisa ESPÍNDOLA - Valentina FERREYRA - Lourdes FETTER - Mirko GALLEGOS - Yuliana GAMARRA - Gabriel GÓMEZ - M. Lucía KERLIN - Ana Paula MAIDANA - Valentina MARCOGIUSEPPE - Carola MARQUÉS PONTELLI - Candelaria MARSILLI - Eugenia MERCADO LEÓN - Florencia MERCADO LEÓN - Ivana MOLL - Luz ROBALLO - Docentes: Lic. Liliana Rueda - Prof. Gabriela Solís - Escuela Secundaria N°18 “D. Vélez Sarsfield” - Concordia - Entre Ríos – Argentina.
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