- Nombre y apellido: Gustavo Bordet
- Edad: 60
- Lugar de nacimiento: Concordia
- Fecha de nacimiento: 21/02/62
- Lugar de residencia: Paraná, Entre Ríos
- Familia: Estoy casado con Mariel. Tengo tres hijas: Florencia, Delfina, Lara, y un nieto, Octavio.
- Ocupación actual: Gobernador de Entre Ríos
¿Qué reflexión le merecen los 40
años de Malvinas?
La primera reflexión que me traen los 40 años de la guerra
de Malvinas es la importancia de recordar y mantener vivo en la memoria el reclamo
histórico de nuestro país en torno a su soberanía. No es una cuestión menor.
Estamos hablando de una expresión del colonialismo inglés del siglo XIX que ha
cercenado nuestra integridad territorial, con todo lo que eso implica en
materia histórica, cultural, económica para el desarrollo de la Argentina como
nación independiente y para el conjunto de América Latina también. Es un acto
que se perpetúa en el tiempo y que resulta absolutamente injusto e inaceptable.
Debemos seguir repudiándolo en los foros internacionales, y continuar una
estrategia firme que por la vía diplomática que nos conduzca a la recuperación
soberana de las islas y todo el territorio marítimo que las rodea.
No obstante, este aniversario también me lleva
inevitablemente a pensar en las miles de personas que sufrieron la guerra de
manera directa. Ya sean nuestros héroes, que dejaron su vida en territorio
malvinense, como las y los excombatientes, las personas que se vieron
movilizadas, sus familias y también la sociedad en su conjunto. Porque de
alguna u otra manera la guerra la sufrimos todos. Las Malvinas nos tienen que
unir, más allá de cualquier diferencia que podamos tener en otros planos.
Porque estamos hablando de la defensa de nuestro país, de la soberanía, la
independencia y la justicia. Porque muchas personas ofrendaron su vida con
valentía y heroísmo. A todos ellos debemos la tarea histórica de nutrir la
memoria en torno a Malvinas, que tiene que ser uno de los basamentos para aquel
futuro de unión que tenemos el desafío de construir.
Por último, los 40 años de esta dolorosa guerra me hace
pensar inevitablemente en el valor de la democracia. No podemos soslayar que la
Argentina estaba en 1982 bajo una dictadura muy cruel. Una dictadura que se
cobró 30.000 vidas de hermanos y hermanas. Y que si bien el reclamo soberano de
la Argentina es histórico, la decisión de ir hacia una guerra abierta fue
tomada a espaldas del pueblo. Sencillamente porque el pueblo estaba bajo un
terrorismo de Estado que había diezmado cualquier posibilidad de expresión. La
historia no es simple, su análisis es complejo. Debemos seguir hablando de eso.
Malvinizar tiene que ir de la mano con fortalecer la democracia, con construir
un sentido nacional amplio, popular, que ponga en valor nuestra identidad como
pueblo soberano y el proyecto de desarrollo e independencia que queremos para
el futuro de la Argentina.
¿Cómo recuerda el año de la guerra,
cómo lo vivió los días previos, el durante y el posterior a la guerra?
En mi casa siempre se habló de política, de historia, y
veníamos de años de mucho dolor. Como a la mayoría del pueblo, la noticia del
desembarco en Malvinas nos tomó por sorpresa. Yo me sentí particularmente
interpelado. Muchas de las personas que fueron a combatir o se vieron
movilizadas tenían mi edad, o algunos años de diferencia. El sentimiento por
Malvinas era muy fuerte para mí, mi familia y para los amigos con los que de a
poco nos fuimos formando una identidad política. Pero al mismo tiempo sentíamos
una gran incertidumbre por la dirección que la conducción del gobierno militar
podía darle a la guerra, por la situación de los soldados que estaban en las
islas. En fin, fueron tiempos muy difíciles, con muchas emociones que requerían
una discusión constante para poder darle un sentido claro, hacer una
interpretación, pero la discusión política tenía que darse en voz baja, porque
seguíamos en dictadura.
¿Tiene familiares, conocidas/os,
vecinas/os que han ido a la guerra?
Las generaciones que fueron a Malvinas eran muy cercanas a
la mía. Eso hizo que compartiera o conociera a varias personas que combatieron
o estuvieron movilizados en la guerra. Era una situación muy difícil, una
mezcla de emociones y de pensamientos que nos marcó para siempre.
¿Qué piensa sobre el proceso de desmalvinización
que llevaron a cabo muchos gobiernos durante muchos años?
Que fue un proceso casi tan cruel como la guerra misma.
Primero porque implicó la invisibilización de héroes y ex combatientes,
directamente ignorarlos. Eso condujo a que en un primer momento no se los
reconociera como es debido, como se merecen las personas que ofrendaron su vida
para defendernos, como lo tiene que hacer cualquier sociedad. Es muy doloroso,
e impactó de manera directa en muchos ex combatientes. De tal forma lo hizo que
se vieron afectados en su salud, y en especial en su salud mental, con
consecuencias lamentables.
Pero además, y en relación con lo que hablábamos al
principio, la desmalvinización tuvo efectos en la memoria colectiva. Muchas
veces he visto abordajes del tema Malvinas que reducen su significado a lo que
pasó en aquellos meses de 1982. Sin embargo Malvinas es algo que se remonta muy
atrás en nuestra historia, y que tiene implicancias claras para el futuro de la
Argentina. La idea de soberanía es constitutiva de cualquier país. Es un
aspecto central para que las argentinas y los argentinos podamos asumir nuestro
lugar en el concierto de las naciones y establecer un camino de desarrollo
independiente, haciendo uso de nuestro suelo, nuestro mar, nuestro espacio
aéreo, los recursos naturales, la diversidad cultural. Malvinizar es
nacionalizar, es interrogarnos sobre el sentido profundo que tenemos como
pueblo, como nación, como comunidad.
¿Desde su puesto de gobierno lleva a
cabo acciones para malvinizar la provincia? ¿en qué consisten?
La educación tiene un rol central a la hora de malvinizar.
Además de recordar el hecho histórico que significó la guerra, se trata de
abordar los aspectos que mencionábamos anteriormente y que tienen que ver con
la defensa de la soberanía, los derechos humanos, la democracia. Esto está
integrado en la planificación educativa anual entre los contenidos a
desarrollar en los distintos niveles educativos. Pero además trabajamos con los
centros de veteranos y ex combatientes a través de la Subsecretaría de Derechos
Humanos y lo impulsamos también mediante actividades culturales que buscan
seguir nutriendo y complejizando la mirada sobre la historia.
¿Por qué el 2 de abril no se festeja
en las escuelas entrerrianas como un acto escolar, como sí ocurre en otras
provincias?
Para empezar hay que aclarar que el 2 de abril, el Día del
Veterano y de los Caídos en Malvinas, si forma parte del calendario de conmemoraciones
en las escuelas entrerrianas. No se festeja, se conmemora. Se realizan actos
ese mismo día, cuando es posible, o el día previo o posterior. Además del
trabajo que se realiza en las escuelas durante todo el año en torno a la causa
Malvinas, a través de distintas propuestas y estrategias pedagógicas.
¿Sería posible que en las escuelas
entrerrianas se incluya un nuevo grupo de abanderadas/os y escoltas que porte
una bandera referente a Malvinas?, para reforzar nuestro sentimiento a las
Islas y que sirva como propuesta de malvinización.
Creo que es algo que merece ser debatido por la comunidad
educativa en función de su sentido pedagógico. Siempre valoro que decisiones
como estas surjan del consenso y la participación de la comunidad.
¿Los veteranos entrerrianos reciben
beneficios sociales o exenciones impositivas?
Si, tanto de la Nación como de la provincia.
¿Cuáles son los pedidos o reclamos más
usuales que le hacen los Veteranos?
Más allá de la oportunidad de encontrarnos y dialogar, que
tenemos a diario en las recorridas que realizo por la provincia, mantenemos un
diálogo fluido con las instituciones que reúnen a los veteranos a través de la
Subsecretaría de Derechos Humanos. De esa manera tratamos de canalizar pedidos,
gestiones y reclamos. Trabajamos en conjunto en el marco de la gestión.
Siempre se habla de Veteranos, y no
de Veteranas, siendo que hubo un papel importante de mujeres en la guerra, ¿Por
qué cree que ocurre eso?
El ocultamiento de la mujer en la
historia es una constante que se empezó a poner en cuestión hace relativamente
no mucho tiempo. Celebro que se interpele la historia desde una perspectiva de
género, y que podamos visibilizar y valorar la participación de las mujeres. Es
parte del ejercicio de hacer una revisión histórica que sin dudas nos conducirá
a una concepción más justa de los hechos y que tendrá efectos también en la
construcción de una sociedad más igualitaria.
¿Qué opina sobre las torturas
sufridas por soldados en Malvinas?
Que son hechos absolutamente intolerables, que deben ser
investigados a fondo, y que no debemos dejar de hablarlo y ponerlo en cuestión.
Tiene que ver con los ejes de memoria, derechos humanos y democracia desde los
cuales proponemos hablar sobre Malvinas.
¿Qué opinión le merecen los
suicidios de muchos veteranos, muchos más que los muertos en guerra?
Es uno de los efectos más devastadores del proceso de
desmalvinización que afectó gravemente a ex combatientes. Es necesario volver a
revisar y discutir todo lo que pasó con los veteranos luego de la guerra, su
invisibilización, las luchas que debieron dar para ser reconocidos. Nos señala
deudas muy profundas con nuestra memoria y, en especial, con las personas que
dieron su vida por la patria.
¿Qué nos puede decir sobre el
hundimiento del Crucero ARA Gral. Belgrano?
El hundimiento del Belgrano es un hecho atroz en el que el
Reino Unido violó la zona de exclusión. Con sólo pensar que en aquel ataque
artero se fue la vida de casi la mitad de los argentinos muertos en la guerra,
tenemos una dimensión de lo que significó. Nueve de las 323 personas que
murieron aquel 2 de mayo eran entrerrianos. Los recordamos cada año.
¿Qué piensa sobre el papel de Chile
durante la guerra y la actitud opuesta que han tenido y tienen otros países
latinoamericanos como Perú, Venezuela, Bolivia?
A la hora de pensar el papel de otras naciones, como es el
caso de Chile, en la guerra de Malvinas, no podemos dejar de recordar el
contexto histórico.
Desde 1973 Chile estaba gobernado por la dictadura que
encabezó Augusto Pinochet. Aquel golpe sangriento derrocó al gobierno
constitucional de Salvador Allende e inauguró un camino de estrechos lazos de ese
país con las grandes potencias mundiales. Fue un golpe a la integración
latinoamericana y se evidenció con claridad en 1982.
Son muchos los sentimientos, la historia, la cultura y el
territorio que nos hermana con el pueblo chileno. Que es muy distinto al
accionar de un gobierno ilegítimo, como lo es una dictadura. Por eso es
necesario poner cada cosa en su lugar.
¿Qué reflexión puede hacer sobre el
acuerdo Foradori – Duncan ocurrido durante el gobierno anterior?
Considero que lesionaba los derechos argentinos sobre las
Malvinas, las Islas del Atlántico Sur y el territorio circundante, y que
ofendía la larga lucha de nuestro país por su soberanía.
Me pareció muy acertada la decisión del gobierno del
presidente Alberto Fernández de dejarlo sin efecto. Y como argentino, no puedo
dejar de sentir vergüenza por algunos de los detalles de la situación en la que
se produjo el acuerdo y que dio a conocer el ex canciller británico, Alan
Duncan, en sus memorias.
¿Por qué cree que Inglaterra sigue
usurpando las Malvinas sabiendo que no le pertenecen?
Creo que las Malvinas, (que no son sólo las islas que vemos
en el mapa, sino un espacio geográfico de proporciones similares a las del
territorio continental de la Argentina), tienen un valor geoestratégico muy
codiciado.
Por su riqueza marítima, pesquera, su biodiversidad, sus
recursos hidrocarburíferos y fundamentalmente su ubicación estratégica en el
paso entre los océanos Atlántico y Pacífico, las Malvinas son de gran
importancia para el futuro. Esto hace mucho más difícil que el Reino Unido
cambie de actitud, y nos obliga a llevar adelante una estrategia mucho más
inteligente para su recuperación.
¿Cree que los ingleses nos
devolverán en algún momento las Malvinas?
Por iniciativa propia está claro que
no. En mi modo de ver, para poder negociar en mejores términos, tenemos que ser
un país fuerte. Esto significa crecer, desarrollar nuestra industria, nuestra
ciencia y tecnología, profundizar la unión nacional, reducir la desigualdad y,
fundamentalmente, unirnos aún más. Tenemos que estar unidos y fortalecidos para
ir en mejores condiciones a los foros internacionales y reclamar los derechos
argentinos sobre las Malvinas.
Si hubiésemos ganado la guerra,
¿cómo cree que estaríamos viviendo hoy, estaríamos en dictadura o en
democracia?
Eso es hacer histórica contrafáctica, y es imposible
saberlo. Si puedo decir que la dictadura ya estaba deslegitimada. Su plan
económico había fracasado, desmanteló la industria nacional, generó
desocupación, pobreza y endeudó al país. Cargaba con el horror de haber
desaparecido a 30.000 personas en un plan de exterminio sin comparación. Si
intentaron utilizar la guerra con fines de perpetuarse, no lo lograron.
Argentina es un país democrático, y así seguirá siendo.
¿Cómo vivió, cómo recuerda, el
partido entre Argentina e Inglaterra en el Mundial ‘86 y los dos goles de
Maradona, el de la “mano de Dios” y “el gol del siglo”?
Con un montón de emociones
encontradas. Ver jugar a aquella selección, y en especial a Diego (Maradona)
hacía latir todos los corazones al mismo ritmo. Pero no sólo por sus cualidades
futbolísticas, que son superiores, sino porque él sabía el sentimiento que
estaba encarnando en ese partido precisamente. Se hizo cargo de ello. Supo
interpretarlo. Aunque no dejaba de ser un partido de futbol. La lucha por
nuestra soberanía, la memoria de los caídos en la guerra, corre por carriles
muy distintos. No hay que confundir ambas cosas. Pero volviendo a lo
futbolístico, siempre recuerdo que el pase inicial de aquel gol histórico a los
ingleses se lo dio un entrerriano, Burruchaga.
¿Qué le parece nuestro proyecto “40
x Malvinas”, el que consiste en la producción y publicación de 40 notas
periodísticas sobre Malvinas, para aportar al proceso de malvinización?
Me parece una iniciativa muy loable que agradezco
enormemente. Es una muestra más del valor que tiene la educación pública
entrerriana y en especial del aporte que la comunidad educativa genera en la
sociedad. Así que sólo tengo palabras de agradecimiento por esta oportunidad de
contar lo que pienso, lo que hacemos y de seguir aportando a la memoria de
nuestros héroes y veteranos.
¿Qué aportaría desde su cargo para
ayudar a esta causa?
Primero la escucha. Creo que la condición de todo
gobernante, y de todo dirigente, tiene que ser la de escuchar. Segundo la
reflexión, y luego el impulso de todas aquellas acciones que tomadas a partir
del consenso nos permitan avanzar en el sentido que nos exige la causa
Malvinas. En democracia, con el derecho internacional como marco fundamental,
haciendo memoria y en paz. Porque nos asisten la razón, la historia y la
justicia.
Le pedimos una reflexión final sobre el tema y un mensaje para
las/os entrerrianas/os.
A modo de reflexión final quisiera
invitar a todos y a todas a seguir estudiando la historia y a comprometerse con
el destino de nuestra provincia y de nuestro país. A veces uno ve cómo desde
ciertos sectores se promocionan valores que nos alejan, que nos dividen. La
historia nos ha demostrado que cuando permanecemos divididos, se perjudica el
país. Considero imprescindible que dejemos de lado las diferencias secundarias,
nos unamos detrás de los grandes objetivos que nos convocan: la defensa de la
soberanía y de la justicia, de la memoria y del futuro. Tenemos que alimentar
una cultura del encuentro, del diálogo y del acuerdo. No podemos ser
indiferentes a lo que nos pasa como pueblo. Si nosotros no hacemos la historia
otros la hacen por nosotros, y de acuerdo a sus intereses, que siempre son
privados y foráneos. Mi mayor anhelo es poder contribuir a la construcción de
un diálogo intergeneracional que permita a las juventudes construir el país que
desean, ese país pleno de derechos, esa Argentina soberana, desarrollada,
independiente, con educación, trabajo, salud. Y para eso la participación y el
compromiso son el camino.
Fotos:
Gentileza Prensa de la Gobernación
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