martes, 4 de octubre de 2022

40 x Malvinas - Nota 33: Entrevista a Silvia Barrera (63) Veterana de guerra de Malvinas

Durante el conflicto estuvo en el buque Alte. Irízar como Instrumentadora Quirúrgica. Pero dice que también hizo de enfermera, psicóloga y hasta de madre de los soldados que atendía. Relata situaciones de machismo que vivió durante la guerra y anécdotas tristes y divertidas. Hoy Silvia padece cáncer de colon pero su fuerza y su tenacidad la hacen una mujer doblemente admirable. 


Entrevistadoras: Marisa Espíndola - Candelaria Marsilli - Valentina Ferreyra


Nombre y apellido: Silvia Barrera

Edad: 63

Lugar de nacimiento: San Martín (Buenos Aires)

Fecha de nacimiento: 25/04/1959

Lugar donde vive actualmente: San Isidro (Buenos Aires)

Rol/ rango/ función en la guerra: Personal civil – Instrumentadora Quirúrgica

Período en el que estuvo abocada a la guerra: 08/06/1982 – 19/06/1982 (ARA Almirante Irízar)

Ocupación actual: Personal del HMC



¿Qué opinás sobre los 40 años de Malvinas?

Como todo número redondo es muy importante. Nosotros después de 40 años tuvimos muchos inconvenientes a lo largo de estos años para contar nuestras historias, pero lentamente fuimos empezando a hablar y eso hizo que nos encontremos en estos 40 años con mucha discusión sobre las distintas historias, distintas vivencias de los Veteranos en Malvinas.


¿Cuándo y cómo te enteraste que ibas a quedar abocada a la guerra? ¿dónde estabas?

Yo trabajaba en el Hospital Militar Central desde 1980. Nosotras somos seis instrumentadoras, personal civil, no somos militares, nos ofrecimos para ir como voluntarias, y ya todas trabajábamos acá en el hospital, así que ya teníamos experiencia en todo lo que era la instrumentación quirúrgica. Yo era la más chica, tenía 23 años y la más grande tenía 33.

 

¿Tu familia sabía que ibas a la guerra, qué te dijeron, qué pensaron?

Nos llegó un mensaje militar pidiendo instrumentadoras, en ese momento no había mujeres militares todavía, así que cuando dijeron quién quería ir como instrumentadora voluntaria, nos ofrecimos nosotras. Nos preguntaron a las 8 de la mañana y debíamos contestar al mediodía, así que a las 12 nos dieron el pasaje de avión, el bolso portaequipo y nos fuimos a nuestras casas con el pasaje en la mano con la decisión tomada. Nuestros papás nos acompañaron en eso.

 

¿Cómo viviste la guerra?

Toda guerra es dolorosa y nadie vuelve igual de una guerra, cambia el carácter, la forma de ver la vida. Y cada uno de nosotras, a pesar de que estábamos en el mismo buque hospital, trabajó en distintos lugares del buque, cada una vivió una guerra diferente. Depende de la personalidad y del lugar donde estuviste y cómo estuviste.

 





¿Qué se siente ser reconocida como Veterana de guerra de Malvinas?

Se siente un orgullo inmenso, creo que cada día nuestra historia se va conociendo más. Nosotras somos muy reconocidas dentro de las Fuerzas Armadas, lo que no está es difundido ese reconocimiento. Nosotras somos las mujeres que tenemos más reconocimiento en la historia del Ejército. Y como yo soy la única que sigue en actividad me convertí en la más condecorada, pero solamente porque es una cuestión de edad y de que sigo trabajando, pero nosotras somos las más condecoradas en las Fuerzas Armadas.

 

Describinos cuál fue tu rol o función en las Malvinas, ¿qué hacías exactamente?

Nosotras somos Instrumentadoras Quirúrgicas. Nuestro grupo es el que estuvo en el buque Almirante Irízar preparado como buque hospital, después ahí en el buque nos tocó hacer de enfermeras, de camillero, de psicóloga improvisada, de mamá y de hermana, a los soldados escribirles cartas, esa fue nuestra función. En cuanto al resto de las chicas, hay un grupo que es de la Marina Mercante, son Enfermeras, Radioperadoras, Comisarias de a Bordo, así que su función es la misma que en tiempos de paz. Y después hay una sola que es enfermera de la Fuerza Aérea e hizo una evacuación aeromédica a Puerto Argentino y volvió con los heridos en un Hércules, por eso es considerada Veterana de guerra (se refiere a Liliana Colino, Veterana que fue entrevistada para este proyecto).

 

¿Cómo era la relación con los soldados/heridos que atendías? ¿qué te decían?

La relación era buenísima. Imagínate que recibís a un hombre que está herido, que está disminuido tanto física como psíquicamente y ver a una mujer que lo va a cuidar, que lo va a escuchar, que lo ayuda en ese momento. Una relación que primero fue de reconocimiento, después de amistad y ahora con los años ya es de hermandad porque fuimos a sus casamientos, conocemos a sus esposas, a sus hijos y ahora a sus nietos.

 

¿Sufriste machismo durante el momento que estuviste abocada a Malvinas?

Sí, tuvimos el problema de que no nos dejaron bajar, nos tuvimos que quedar a trabajar a bordo del Irízar porque no nos habían dado grado militar. Íbamos a ser las primeras mujeres con grado militar y los hombres no querían, sobre todo los hombres del Ejército, la fuerza que más se resistía a la incorporación de la mujer. También el recibimiento a lo largo de ese día hasta que llegamos al Irízar fue complicado, no les habían dado mensaje militar de que íbamos a Malvinas, entonces nos encontramos bastante perdidas ese día. Y al llegar al Irízar también fue complicado porque la dotación del Irízar era de la Armada y nosotras pertenecíamos al Ejército. Los hombres de la Armada son muy machistas, eran las primeras mujeres que veían vestidas de militar, nos vieron tan jóvenes y tan flaquitas, nos subestimaron y pensaron que no íbamos a estar capacitadas para cumplir con nuestra función.

Después de la guerra, ¿te prohibieron hablar de Malvinas?

Eso nos pasó a todos, a medida que íbamos llegando al continente teníamos que firmar un documento de confidencialidad, de que no íbamos a contar nada de lo que habíamos vivido. Muy jóvenes habíamos vuelto de Malvinas, muy golpeados, y firmar ese documento creo que fue una de las causas que hizo que no habláramos durante casi diez años, aún hoy hay veteranos que no hablan.

 

¿Necesitaste tratamiento psicológico luego de la guerra? ¿lo recibiste?

En realidad, lo necesitaríamos todos los veteranos, todos los que fuimos. Vieron lo que le pasa a Chano, la mamá intenta siempre internarlo pero no puede porque hay una ley de salud mental, también va para el Veterano. Las esposas los ven mal y no pueden hacer nada porque eso depende de cada uno. Yo trabajo acá en el Hospital Militar y no me hice atender tampoco. Como eso depende de cada uno, a veces es como que necesitás tocar fondo para ver la realidad e ir a atenderte.

 

¿Formás parte de algún Centro de Veteranos?

Sí, pertenezco al centro de veteranos civiles y después hay un montón de centros, y pertenecemos a lo que es la Asociación Veteranos de guerra. También pertenezco al centro de veteranos de San Isidro de mi barrio y como voy dando charlas por todo el país soy un poquito de cada centro.

 

¿Qué trato recibís de los Veteranos (varones)? ¿Sentís que reconocen tu papel en la guerra?

Sí, nos respetan mucho, nosotras los curamos, nos vieron trabajar y eso hace que ellos nos consideren una igual. A pesar de los 40 años y de la discusión que hay de nuestra función en Malvinas todavía hay lugares del país donde se desconoce que hubo mujeres, hay veteranos que desconocen nuestra presencia. Después, el hombre a la mujer siempre trata de ocultarla, de invisibilizarla. Yo participo de grupos de whatsapp de veteranos y uno cuenta una anécdota, y si yo cuento la misma anécdota le creen más a él que a mí, pero eso es histórico, el hombre es el que escribe la historia. Fijensé que sabemos el nacimiento y la muerte de un prócer pero sabemos muy poco de las mujeres.

 

¿Crees que en algún momento vamos a recuperar las Malvinas?

Muy difícil. Cuando éramos chicos nos enseñaban que Malvinas eran unas islas ocupadas por ingleses y la muerte de nuestros soldados no fue en vano, eso hizo que se visibilizara Malvinas, que se viera que son unas islas que están localizadas estratégicamente, que son la puerta a la Antártida, paso del Estrecho de Magallanes que nos comunica con el Océano Pacífico. Esa visibilización que dio la guerra hizo que todo el mundo sepa de la importancia que tiene Malvinas, económica y estratégicamente, entonces vos tenés que luchar el doble para recuperarlas. A los largo de todos estos gobiernos hemos tenido malas decisiones diplomáticas, entonces me parece que va a costar mucho.

 



¿Qué te parece nuestro proyecto “40 x Malvinas”?

Yo voy a dar charlas a los colegios porque me encanta, a veces son veinte y de esos prestan atención diez y de esos diez dos o tres siempre son los más interesados y eso es una semillita, me importan esos tres que son los que van a seguir investigando y estudiando el tema.


Alguna anécdota que tenga de la guerra…

Bueno, tengo divertidas (se ríe) y algunas tristes. Por ejemplo, en el buque en el único televisor que había siempre estaba puesto un cassette de vhs de Abba, cada vez que íbamos a descansar escuchábamos “Chiquitita”. Después, el primer herido que esperábamos nosotras con ansias, no estaba herido de bala sino que se había comido una caja de Tita porque hacía tres o cuatro días que no comía, llegó con un ataque de hígado, tuvo un principio de hepatitis. Otra, un soldado salva a su sargento que estaba herido y lo lleva al hospital de Puerto Argentino, ahí lo operan y cuando lo trasladan al Irízar le abren la herida y yo hago la cirugía de la segunda operación. En terapia intensiva, lo cuido, lo baño, y cuando le voy a poner anestesia me pide que le avise a su familia que estaba bien, pero estaba re grave en terapia. Él me había dado el número de teléfono y cuando llegamos a Comodoro llamo a la casa y le digo a la esposa, tenés que viajar porque él está en terapia, está re grave. Y entonces ahora vamos a dar charlas juntos por los colegios y me reta delante de los chicos porque me dice ‘yo soy un sargento y vos sos una civil y no me hiciste caso’. Tengo anécdotas divertidas y tristes porque la vida es así.


¿Volverías a vivir la experiencia de Malvinas?

Sí, yo amo al Ejército, amo el hospital donde trabajo y eso se debe a que uno tiene que elegir muy bien la carrera que va a estudiar cuando termina la secundaria. Cuando vos elegís una carrera y la amás, es muy fácil. Y yo que tengo cáncer de colon, soy diabética, hipertensa, autorizada a no venir durante la pandemia, y elegí otra vez venir a trabajar, volví a elegir al hospital, al Ejército.

 







Proyecto educativo “40 x Malvinas” - Estudiantes de 6to “A”: Ezequiel ACOSTA - Katherine BREGANT - Nadia CABRERA - Joaquín DÍAZ - Marisa ESPÍNDOLA - Valentina FERREYRA - Lourdes FETTER - Mirko GALLEGOS - Yuliana GAMARRA - Gabriel GÓMEZ - M. Lucía KERLIN - Ana Paula MAIDANA - Valentina MARCOGIUSEPPE - Carola MARQUÉS PONTELLI - Candelaria MARSILLI - Eugenia MERCADO LEÓN - Florencia MERCADO LEÓN - Ivana MOLL - Luz ROBALLO -  Docentes: Lic. Liliana Rueda – Prof. Gabriela Solís - Escuela Secundaria N°18 “D. Vélez Sarsfield” - Concordia - Entre Ríos – Argentina  - La entrevista fue realizada por videoconferencia a través de la herramienta Google Meet.

 

 


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