Durante
el conflicto estuvo en el buque Alte. Irízar como Instrumentadora Quirúrgica.
Pero dice que también hizo de enfermera, psicóloga y hasta de madre de los
soldados que atendía. Relata situaciones de machismo que vivió durante la
guerra y anécdotas tristes y divertidas. Hoy Silvia padece cáncer de colon pero
su fuerza y su tenacidad la hacen una mujer doblemente admirable. Entrevistadoras: Marisa Espíndola - Candelaria Marsilli - Valentina Ferreyra
Nombre
y apellido: Silvia Barrera
Edad:
63
Lugar
de nacimiento: San Martín (Buenos Aires)
Fecha
de nacimiento: 25/04/1959
Lugar
donde vive actualmente: San Isidro (Buenos Aires)
Rol/
rango/ función en la guerra: Personal civil – Instrumentadora Quirúrgica
Período
en el que estuvo abocada a la guerra: 08/06/1982 – 19/06/1982 (ARA Almirante
Irízar)
Ocupación
actual: Personal del HMC
¿Qué opinás sobre los 40 años de Malvinas?
Como todo número redondo es muy importante. Nosotros después
de 40 años tuvimos muchos inconvenientes a lo largo de estos años para contar
nuestras historias, pero lentamente fuimos empezando a hablar y eso hizo que
nos encontremos en estos 40 años con mucha discusión sobre las distintas
historias, distintas vivencias de los Veteranos en Malvinas.
¿Cuándo y cómo te enteraste que ibas a quedar
abocada a la guerra? ¿dónde estabas?
Yo
trabajaba en el Hospital Militar Central desde 1980. Nosotras somos seis
instrumentadoras, personal civil, no somos militares, nos ofrecimos para ir
como voluntarias, y ya todas trabajábamos acá en el hospital, así que ya
teníamos experiencia en todo lo que era la instrumentación quirúrgica. Yo era la
más chica, tenía 23 años y la más grande tenía 33.
¿Tu familia sabía que ibas a la guerra, qué te
dijeron, qué pensaron?
Nos
llegó un mensaje militar pidiendo instrumentadoras, en ese momento no había
mujeres militares todavía, así que cuando dijeron quién quería ir como
instrumentadora voluntaria, nos ofrecimos nosotras. Nos preguntaron a las 8 de
la mañana y debíamos contestar al mediodía, así que a las 12 nos dieron el
pasaje de avión, el bolso portaequipo y nos fuimos a nuestras casas con el
pasaje en la mano con la decisión tomada. Nuestros papás nos acompañaron en
eso.
¿Cómo viviste la guerra?
Toda
guerra es dolorosa y nadie vuelve igual de una guerra, cambia el carácter, la
forma de ver la vida. Y cada uno de nosotras, a pesar de que estábamos en el
mismo buque hospital, trabajó en distintos lugares del buque, cada una vivió
una guerra diferente. Depende de la personalidad y del lugar donde estuviste y
cómo estuviste.
¿Qué se siente ser reconocida como Veterana de
guerra de Malvinas?
Se
siente un orgullo inmenso, creo que cada día nuestra historia se va conociendo
más. Nosotras somos muy reconocidas dentro de las Fuerzas Armadas, lo que no
está es difundido ese reconocimiento. Nosotras somos las mujeres que tenemos
más reconocimiento en la historia del Ejército. Y como yo soy la única que
sigue en actividad me convertí en la más condecorada, pero solamente porque es
una cuestión de edad y de que sigo trabajando, pero nosotras somos las más
condecoradas en las Fuerzas Armadas.
Describinos cuál fue tu rol o función en las
Malvinas, ¿qué hacías exactamente?
Nosotras
somos Instrumentadoras Quirúrgicas. Nuestro grupo es el que estuvo en el buque
Almirante Irízar preparado como buque hospital, después ahí en el buque nos
tocó hacer de enfermeras, de camillero, de psicóloga improvisada, de mamá y de
hermana, a los soldados escribirles cartas, esa fue nuestra función. En cuanto
al resto de las chicas, hay un grupo que es de la Marina Mercante, son
Enfermeras, Radioperadoras, Comisarias de a Bordo, así que su función es la misma
que en tiempos de paz. Y después hay una sola que es enfermera de la Fuerza
Aérea e hizo una evacuación aeromédica a Puerto Argentino y volvió con los
heridos en un Hércules, por eso es considerada Veterana de guerra (se refiere a
Liliana Colino, Veterana que fue entrevistada para este proyecto).
¿Cómo era la relación con los soldados/heridos
que atendías? ¿qué te decían?
La
relación era buenísima. Imagínate que recibís a un hombre que está herido, que
está disminuido tanto física como psíquicamente y ver a una mujer que lo va a
cuidar, que lo va a escuchar, que lo ayuda en ese momento. Una relación que
primero fue de reconocimiento, después de amistad y ahora con los años ya es de
hermandad porque fuimos a sus casamientos, conocemos a sus esposas, a sus hijos
y ahora a sus nietos.
¿Sufriste machismo durante el momento que
estuviste abocada a Malvinas?
Sí,
tuvimos el problema de que no nos dejaron bajar, nos tuvimos que quedar a
trabajar a bordo del Irízar porque no nos habían dado grado militar. Íbamos a
ser las primeras mujeres con grado militar y los hombres no querían, sobre todo
los hombres del Ejército, la fuerza que más se resistía a la incorporación de
la mujer. También el recibimiento a lo largo de ese día hasta que llegamos al
Irízar fue complicado, no les habían dado mensaje militar de que íbamos a
Malvinas, entonces nos encontramos bastante perdidas ese día. Y al llegar al
Irízar también fue complicado porque la dotación del Irízar era de la Armada y
nosotras pertenecíamos al Ejército. Los hombres de la Armada son muy machistas,
eran las primeras mujeres que veían vestidas de militar, nos vieron tan jóvenes
y tan flaquitas, nos subestimaron y pensaron que no íbamos a estar capacitadas
para cumplir con nuestra función.
Después de la guerra, ¿te prohibieron hablar de
Malvinas?
Eso nos
pasó a todos, a medida que íbamos llegando al continente teníamos que firmar un
documento de confidencialidad, de que no íbamos a contar nada de lo que habíamos
vivido. Muy jóvenes habíamos vuelto de Malvinas, muy golpeados, y firmar ese
documento creo que fue una de las causas que hizo que no habláramos durante
casi diez años, aún hoy hay veteranos que no hablan.
¿Necesitaste tratamiento psicológico luego de la
guerra? ¿lo recibiste?
En
realidad, lo necesitaríamos todos los veteranos, todos los que fuimos. Vieron
lo que le pasa a Chano, la mamá intenta siempre internarlo pero no puede porque
hay una ley de salud mental, también va para el Veterano. Las esposas los ven
mal y no pueden hacer nada porque eso depende de cada uno. Yo trabajo acá en el
Hospital Militar y no me hice atender tampoco. Como eso depende de cada uno, a
veces es como que necesitás tocar fondo para ver la realidad e ir a atenderte.
¿Formás parte de algún Centro de Veteranos?
Sí,
pertenezco al centro de veteranos civiles y después hay un montón de centros, y
pertenecemos a lo que es la Asociación Veteranos de guerra. También pertenezco
al centro de veteranos de San Isidro de mi barrio y como voy dando charlas por
todo el país soy un poquito de cada centro.
¿Qué trato recibís de los Veteranos (varones)?
¿Sentís que reconocen tu papel en la guerra?
Sí, nos
respetan mucho, nosotras los curamos, nos vieron trabajar y eso hace que ellos
nos consideren una igual. A pesar de los 40 años y de la discusión que hay de
nuestra función en Malvinas todavía hay lugares del país donde se desconoce que
hubo mujeres, hay veteranos que desconocen nuestra presencia. Después, el
hombre a la mujer siempre trata de ocultarla, de invisibilizarla. Yo participo
de grupos de whatsapp de veteranos y uno cuenta una anécdota, y si yo cuento la
misma anécdota le creen más a él que a mí, pero eso es histórico, el hombre es
el que escribe la historia. Fijensé que sabemos el nacimiento y la muerte de un
prócer pero sabemos muy poco de las mujeres.
¿Crees que en algún momento vamos a recuperar
las Malvinas?
Muy
difícil. Cuando éramos chicos nos enseñaban que Malvinas eran unas islas
ocupadas por ingleses y la muerte de nuestros soldados no fue en vano, eso hizo
que se visibilizara Malvinas, que se viera que son unas islas que están
localizadas estratégicamente, que son la puerta a la Antártida, paso del
Estrecho de Magallanes que nos comunica con el Océano Pacífico. Esa visibilización
que dio la guerra hizo que todo el mundo sepa de la importancia que tiene Malvinas,
económica y estratégicamente, entonces vos tenés que luchar el doble para
recuperarlas. A los largo de todos estos gobiernos hemos tenido malas
decisiones diplomáticas, entonces me parece que va a costar mucho.
¿Qué te parece nuestro proyecto “40 x Malvinas”?
Yo voy a dar charlas a los colegios porque me encanta, a
veces son veinte y de esos prestan atención diez y de esos diez dos o tres
siempre son los más interesados y eso es una semillita, me importan esos tres
que son los que van a seguir investigando y estudiando el tema.
Alguna anécdota que
tenga de la guerra…
Bueno, tengo
divertidas (se ríe) y algunas tristes. Por ejemplo, en el buque en el único
televisor que había siempre estaba puesto un cassette de vhs de Abba, cada vez
que íbamos a descansar escuchábamos “Chiquitita”. Después, el primer herido que
esperábamos nosotras con ansias, no estaba herido de bala sino que se había
comido una caja de Tita porque hacía tres o cuatro días que no comía, llegó con
un ataque de hígado, tuvo un principio de hepatitis. Otra, un soldado salva a
su sargento que estaba herido y lo lleva al hospital de Puerto Argentino, ahí
lo operan y cuando lo trasladan al Irízar le abren la herida y yo hago la
cirugía de la segunda operación. En terapia intensiva, lo cuido, lo baño, y
cuando le voy a poner anestesia me pide que le avise a su familia que estaba
bien, pero estaba re grave en terapia. Él me había dado el número de teléfono y
cuando llegamos a Comodoro llamo a la casa y le digo a la esposa, tenés que
viajar porque él está en terapia, está re grave. Y entonces ahora vamos a dar
charlas juntos por los colegios y me reta delante de los chicos porque me dice ‘yo
soy un sargento y vos sos una civil y no me hiciste caso’. Tengo anécdotas
divertidas y tristes porque la vida es así.
¿Volverías a vivir la
experiencia de Malvinas?
Sí, yo amo al
Ejército, amo el hospital donde trabajo y eso se debe a que uno tiene que
elegir muy bien la carrera que va a estudiar cuando termina la secundaria. Cuando
vos elegís una carrera y la amás, es muy fácil. Y yo que tengo cáncer de colon,
soy diabética, hipertensa, autorizada a no venir durante la pandemia, y elegí
otra vez venir a trabajar, volví a elegir al hospital, al Ejército.
Proyecto
educativo “40 x Malvinas” - Estudiantes
de 6to “A”: Ezequiel ACOSTA - Katherine BREGANT - Nadia CABRERA - Joaquín
DÍAZ - Marisa ESPÍNDOLA - Valentina FERREYRA - Lourdes FETTER - Mirko GALLEGOS
- Yuliana GAMARRA - Gabriel GÓMEZ - M. Lucía KERLIN - Ana Paula MAIDANA -
Valentina MARCOGIUSEPPE - Carola MARQUÉS PONTELLI - Candelaria MARSILLI -
Eugenia MERCADO LEÓN - Florencia MERCADO LEÓN - Ivana MOLL - Luz ROBALLO - Docentes: Lic. Liliana Rueda – Prof. Gabriela Solís - Escuela
Secundaria N°18 “D. Vélez Sarsfield” - Concordia - Entre Ríos – Argentina - La entrevista fue realizada por
videoconferencia a través de la herramienta Google Meet.