martes, 12 de agosto de 2008

UN BARCO DE LADRILLOS Y CEMENTO QUE NAVEGA POR SAN NICOLÁS


publicada en: revista "Infinitamente"; diario "El Norte"; Rosario Noticias
+Es una casa con forma de barco denominada Irupé y se encuentra a menos de tres cuadras del Santurio de la Virgen.
+Su ideólogo y creador fue Oscar Felipe Cafiero, un escritor nicoleño reconocido ya desaparecido.
+La vivienda es visitada asiduamente por turistas de diferentes ciudades y provincias, y también por extranjeros.

Situada a menos de cien metros del río Paraná, más exactamente a la altura del número 72 de la calle José Ingenieros, se encuentra “Irupé”, la casa barco de San Nicolás.

La vivienda, actualmente habitada por María Celia Vera y su hijo Claudio, comenzó a ser construída a mediados de la década del ’60, tiempo después de que Vera contrajera matrimonio con el ya fallecido poeta nicoleño Oscar Felipe Cafiero.

Fue a Cafiero, ya incorporado en la Prefectura Naval Argentina, a quien se le ocurrió por aquellos años edificar su casa dándole forma de barco, de hecho él mismo trabajó duramente en la construcción definitiva de “Irupé”.

Por esos años, los Cafiero esperaban su primer hijo y no tenían vivienda propia, fue entonces que decidieron comenzar a levantar su propio hogar.

Todo comenzó cuando el reconocido escritor llegó un día a su casa con "una maderita" y le preguntó a su esposa qué quería que hiciera con eso (esta situación y este tipo planteos eran muy comunes en el matrimonio, pues Cafiero no sólo tenía la capacidad nata de escribir poesías, sino que también era muy habilidoso con sus manos, y todo elemento que llegaba a su poder lo transformaba en algo útil y admirable), la mujer le contestó que no habían demasiadas cosas que pudiera hacer con un simple pedazo de madera. A lo que él le comentó que armaría un barquito. Lo construyó. Y María Celia aún lo guarda en un rincón de su casa como uno de los objetos materiales de mayor valor afectivo.

Fue entonces que el poeta, nacido y criado en la Isla y buen conocedor de los barcos por su condición de marinero y su respectivo trabajo constante en diferentes puertos, le transmitió a su esposa el deseo de edificar una casa con forma de barco. A su mujer no le sorprendió el anhelo y tampoco se negó, le pareció una idea fantástica, maravillosa.

Así comenzó la obra pero “los albañiles sólo pegaban los ladrillos y revocaban, porque a la forma de barco se la dio Oscar” cuenta entusiasmada María Celia y agrega “Se paraba al frente, miraba bien y le daba la forma con hierro, lo amuraba, ponía material desplegable, le pegaba un poco de mezcla y después los albañiles revocaban bien”.

La edificación total y detallada de la Casa Barco les llevó más o menos quince años.
El escritor vivió allí durante más de treinta años, varios de los cuales los compartió con su esposa y sus cuatro hijos, desde 1966 hasta el 15 de agosto de 2003, día en que fallece.
Por tal motivo, hoy “Irupé”se encuentra ocupada por María Celia Vera, quien fuera su esposa durante casi cuarenta años, y su hijo menor Claudio.

¿UNA CASA BARCO O UN BARCO CASA?
Cualquiera de las dos definiciones podría ser considerada correcta porque “Irupé” tiene todos los elementos necesarios para responder a la definición de barco, pero también posee todas las características propias de una casa familiar.

En lo referente al barco, posee proa, popa, cadenas, anclas, sogas, vitas de amarre, escalera de gato y hasta ojos de buey, que cumplen la función de ventanas. Aquí, es importante remarcar que en los tiempos en que se comenzó la construcción de “Irupé”, en San Nicolás no existían los “ojos de buey”, ventanas circulares propias de los barcos, motivo por el cual los Cafiero tuvieron que contratar a un herrero para que los fabricara. “Irupé” es realmente un barco, no le falta nada para serlo.
Pues, hasta la característica más intrínseca de todo barco, la de estar posado sobre el agua de algún río, esto que parece tan ficticio e irreal, para este barco especial, se hizo realidad en tres ocasiones cuando la ciudad sufrió tres de las más grandes y desgraciadas inundaciones, una en la década del `80 y dos en la del `90.

Entonces, “Irupé”, quedó inmersa en el agua recuperando la esencia de todo barco y ahí sí fue mucho más que una casa barco, un barco en sí mismo, en un contexto demasiado irreal, pues la imagen fotografiada desde todos lo ángulos posibles por los Cafiero, mostraba a la casa barco en medio del agua rodeada de “casas normales”, también inundadas.

Con respecto a las características que la presentan como una vivienda familiar, se puede describir por un lado, su ubicación geográfica sobre una calle en plena ciudad, rodeada de “viviendas familiares normales”, y por otro, la unión de la planta baja, el primer piso y el segundo, conformados por cuatro habitaciones, lavadero, cocina, comedor, living y una terraza con una visión envidiable del Santuario, el río y la costanera de la ciudad.

UNA “NAVE DE LADRILLOS” NAVEGA POR EL MUNDO
La casa barco “Irupé”, bautizada con ese nombre por su propietario por la admiración que éste sintió desde siempre por la planta acuática así denominada, su fruto y su tan bella flor, no sólo es conocida y reconocida en la ciudad y la zona, pues es presentada por la Municipalidad de San Nicolás como uno de los lugares turísticos que se pueden visitar en la ciudad, sino que también existen fotografías e imágenes de ella en varios países del mundo.

Reflejo de ello son los turistas extranjeros que se acercan hasta la casa para fotografiarla y llevarse un recuerdo de ella, quienes dicen conocerla luego de haberla visto por televisión o en fotografías que hay en sus propias ciudades o países.

“Irupé” recorrió el mundo cuando el programa “Extreme Homes” (“Casas Insólitas”), de un canal de cable de Chicago, Estados Unidos, la presentó como parte de su programación, mostrando imágenes y entrevistando al matrimonio Cafiero, en el año 2000. Así lo recuerda Vera: “Primero vinieron un día y le sacaron fotos a la casa, después de un tiempo volvieron y se quedaron un día entero filmando y entrevistándonos. Antes habían tenido que mostrar las fotos para que les dijeran si realmente la casa podía salir en el programa”.

La repercusión fue tal que, luego de la emisión de esas imágenes, varios turistas que visitaban la Virgen se acercaron hasta la casa barco y les comentaron a sus propietarios que conocieron su casa por el programa y que recordaban hasta el más mínimo detalle del interior de la vivienda.

Otros programas televisivos del interior y de Capital Federal también le dedicaron a “Irupé” muchos minutos de emisión: “El espejo” (canal 7 de Buenos Aires),“La revista de Baradero” (Argentinísima Satelital), “El estuario” (América Sport), “El país del interior” (canal 5 de Rosario) y el programa “Imágenes” (canal 2 de San Nicolás). Y lo mismo ocurrió con la prensa escrita, pues publicaron varias notas referentes a la casa barco: las revistas nicoleñas “Acero” en 1978 y “Usted” en los años `80, diario de San Nicolás “El Norte” en varias ediciones, el diario “Nuevo siglo” también de tirada local, “El Pulso” de Villa Constitución, y otros.

EL POETA EN SU “MUNDO INIMITABLE
Oscar Felipe Cafiero fue un ser humano muy especial, un escritor reconocido en la zona y ganador de varios premios entre los que se encuentran: “Mención Especial” por su poesía “Al Paraná” en certamen literario a nivel nacional presidida por Quinquela Martín, el poeta Joaquín Gómez Bas y otros, premio “Rosa Fernández Simonín” en el rubro “Embajadores de la Cultura Nicoleña” (1998), “Diploma de Honor” del Instituto Literario Horacio Rega Molina de la República Argentina y su Organo Editor “Dei Genitrix” (1999), “Premio Honorífico” Rosa Fernández Simonín por su incondicional apoyo a la cultura nacional, y fue reconocido como “Socio Honorario” y “Socio Fundador” de la SADE San Nicolás.

Por todo lo antedicho, el Fondo Editorial de San Nicolás, a un año de su fallecimiento, decidió brindarle un merecido homenaje editando un libro denominado “Un mundo inimitable” con poesías salidas del alma y reproducidas por el puño del propio Capitán del Barco Irupé.

Sin dudas, la naturaleza pura de la Isla y el río, lugar donde nació y creció y del que no logró separarse nunca, ni física ni emocionalmente, influyó mucho en cada verso por él bosquejado.
Su vida misma estuvo impregnada de la belleza y la tranquilidad natural, siempre rodeado de plantas, peces, pájaros y el agua del río, e intentó llevarse consigo mismo esa naturaleza que tanto mamó construyendo su hogar con forma de barco, a sólo cien metros del río, y rodeado de vegetales. Y como si esto fuera poco, decidió incorporarse en Prefectura para asegurarse de que hasta su trabajo coincidieran con sus más profundos sentimientos y deseos.

Logró lo que nadie pudo realizar nunca, trasladar la naturaleza misma a la ciudad y vivir en un barco rodeado de vegetales, posado sobre la tierra, pero que una vez insertos en él cualquiera puede imaginar que navega sobre las aguas del Paraná.

ANÉCDOTAS
Entre los lindos momentos vividos relacionados a su casa María Celia menciona a una catamarqueña que le comentó que en esa provincia habían muchas fotos de Irupé y que deseaba llevarse un recuerdo.

“A veces pasa un contingente de gente, aplauden y se van, o me llaman para conversar. Algunos compran postales, casi todos los 25 pongo una mesita afuera y vendo, y también el libro porque quieren conocer a mi marido, dicen que leyendo el libro lo pueden conocer”, alega.
Hace unos años, un 25, se acercó a la vivienda un señor de Paraguay que le comentó: “Yo andaba por el centro de Paraguay y vi una foto grande en una vidriera y decía Casa Barco de San Nicolás, y hoy ni bien llegué quise conocerla”.

Pero lo que más le llamó la atención fue la reacción de un niño sorprendido por la forma de su casa: “la semana pasada venía gente caminando y un nenito dijo: `mami ¿qué és esto?’, la madre no le contestaba nada, entonces el solo se respondió: ‘¡es un cumpleaños!’. Pensó que era un castillo inflable o algo parecido, eso me gustó mucho, me pareció lindo”.

Otros momentos rescatables que le quedaron impregnados en el alma a María Celia estaban relacionados con comentarios que recibía de turistas que le decían que conocían su casa entera porque la habían visto en la televisión, y le mencionaban hasta el más mínimo detalle del interior de Irupé.


IRUPÉ
Le di forma a tu casco, colosal y profundo
Hice tu arboladura y el mástil levanté
Tu brújula dormida no marcará mi rumbo
Encallado a tu suerte mi gran barco Irupé.

No existe un derrotero que señale tu signo,
Ni faz de incertidumbre que corra por las venas,
inmune a los naufragios sin diario ni destino
ni ruido de engranaje tirando las cadenas.

Inmóvil para siempre, jamás podrás zafarte,
Sólo habrá singladura de ilusorios navíos,
Cuando te vea en mis noches campeando tempestades
Entre el viento y las olas de imaginarios ríos

No se verán pizarras con orden de partida
Pero con entusiasmo meditaré en tu puente
Mis pequeños me hablaron de empavesarte un día
Y te canté lo hermoso que apareció en mi mente.
Autor: Oscar Felipe Cafiero, dedicada a su casa barco Irupé

1 comentario:

romina dijo...

hola me alegra mucho que esten publicadas las fotos de la casa des mis tios la verdad es una casa hermosa y fuera de lo comun. romina de Comodoro rivadavia chubut